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Mientras que Len-hee estaba feliz comenzando su vida con Shi Oh, Geum-joo junto con Nam-soon no sabían que hacer, con la partida del principal sospechoso de la distribución de la droga lo que podían hacer era seguir investigando dentro de Dogoo, además de que ya tenían conocimiento acerca de Pavel, Hee-sik las estaba ayudando junto con sus compañeros, en ese tiempo tanto madre e hija se habían distanciado mucho de su familia, su abuela ahora estaba en una relación con un barista y hasta donde sabían Nam-in solo vivía como siempre, disfrutando de la comida sin preocupaciones y su padre se dedicaba a su estudio, hace días no hablaban.

- Hee-sik, esto no puede seguir así, desde que se fue Shi Oh lo único que hemos hecho es andar en círculos ¡¡A este paso nunca detendremos la distribución de la droga y miles de personas seguirán muriendo!! - Geum-joo estaba alterada, el recuerdo de la partida de su hija con ese hombre no hacía más que hacerla sentir miserable, aún más cuando recordaba las duras palabras que había escuchado.

- Lo se señora, pero entienda que estamos haciendo todo lo que podemos y está a nuestro alcance.- Hablo Hee-sik con un tono de seriedad.

- Esto no puede ser, el se fue y aún así la droga se sigue distribuyendo, no tiene sentido.- Fue en ese momento en el que recordó algo, Pavel, ella sabía que Shi Oh tenía contacto con ellos, y no se le había ocurrido relacionar eso hasta ese momento.

Se fue a su oficina y comenzó a investigar todo lo que pudo de Pavel, lo cual no fue mucho, ya que ni siquiera la organizacion con la que estaba alida sabia tanto sobre ellos. Unos minutos más tarde, Nam-soon que estaba de encubierta en Dogoo, entro abriendo la puerta y camino rápidamente hacia donde estaba su madre, quien al verla alterada se levantó y se dirigió hacia ella.

- ¿Que pasa hija? ¿Sucedió algo? ¿Te descubrieron?- Esas preguntas fueron las que salieron de la boca de Geum-joo, mientras que la agitada Nam-soon trataba de calmarse para responder.

- Mamá... Ellos, Pavel son quienes controlan la droga...- Hablo aún tratando de recuperarse pues apenas pudo salir de Dogoo sin ser descubierta.

- ¿Cómo dices? ¿Y como lo descubriste?- Se sentó en el sofá sentando a Nam-soon a la vez.

- Estaba en la bodega buscando información cuando de repente llegó una camioneta completamente negra, de ella bajaron dos personas muy cubiertas y dijeron que desde ese día ya no trabajaríamos para Dogoo, como se veían demasiados sospechosos los seguí y llegaron a la empresa, hablaron algo entre ellos en ruso por lo que no pude entender bien, pero cuando hablaron sobre la droga pude comprender, ellos manejan todo, las drogas, los compradores, la distribución, incluso tienen gente dentro del club  y también dijeron algo sobre un antídoto, pero no escuché bien eso pues me resbale y si no me iba enseguida me iban a descubrir.- Explico Nam-soon contando todo lo que pudo ver.

- ¿En el club? Incluso en ese lugar tienen personas, pero dijiste que hablaron de un antídoto lo que quiere decir que hay esperanza, si encontramos en dónde lo guardan y se los robamos podríamos ayudar a las personas, pero eso será difícil ya que no tenemos a nadie que trabaje con ellos.- Geum-joo pensaba en voz alta mientras caminaba peor la oficina tratando de encontrar una respuesta a esa situación.

- Mamá, ¿Que podemos hacer?- Ninguna de las dos tenía alguna idea útil, no estaban en posición de hacer algo.

En ese momento entro la secretaria de la familia Jung Na-young, quien más que una secretaria era parte de ellos pues ya había estado muchos años con con toda la familia. En su cara se notaba la preocupación y su voz tembló cuando dio la noticia.

- Es Nam-in, está grave en el hospital.- A penas esas palabras salieron de su boca ambas corriendo hacia allí.

(...)

Cuando llegaron vieron a Nam-in en la camilla, tenía puesto un respirador y estaba muy pálido, junto a el se encontraba Gang Bong-go, quien tenía los ojos rojos e hinchados.
Geum-joo se acercó a su hijo y cuando lo vio en ese estado sus ojos se pusieron lagrimosos.

- ¡¿Por qué mi hijo terminó en este lugar?! ¡Si se suponía que tú lo estabas cuidando! ¡Una vez más me demuestras que no eres capaz de hacer algo tan simple como eso!- Le recriminó a su padre quien la miraba con enojo.

- ¿Yo no pude cuidar a mi hijo? ¡Te recuerdo que fuiste tu quien se alejo de el desde que era un niño, el ni siquiera te dirigía la palabra!- Cuando iban a seguir peleando Nam-in despertó, y al ver eso Nam-soon quien solo habia estado a un costado se acerco a el tomando sus manos con cuidado.

- Está bien Nam-in no te esfuerces, traeré a la enfermera, no te muevas tanto.- Dijo levantando se y haciendo lo que dijo.

Geum-joo se acercó a su hijo acariciando con cuidado su cara cuando notó sus venas, estaban azules lo cual no era normal y recordó como había muerto una de sus clientas, por la droga. Recordó los síntomas y Nam-in los tenía todos, pero aún no sabia cómo había llegado esa droga a sus manos. 

- Nam-in, ¿Se estaba comportando de forma diferente? Algo que hayas notado.- Le pregunto a Bong-go.

- No había nada raro, solo que ya no comía tanto como antes, pasaba más tiempo en el café y parece que estaba conociendo a alguien, usaba mucho su celular.- A medida que hablaba recordaba mas cosas.

- ¡Si! El estaba tomando mucha agua estos días, demasiada y parecía que siempre estaba sediento.- Geum-joo se preocupo aún más, eso quería decir que tal vez su hijo podia morir.

- ¿Tienes su celular? Dámelo ahora.- El le entrego el celular de Nam-in y como lo sospecho en este habían conversaciones con un número desconocido el cual cada cierto periodo de tiempo le ofrecía patillas supuestamente adelgazantes.

Ella le escribió a ese número y le ofreció una buena cantidad de dinero por el antídoto, a lo cual accedió, se encontrarían en la cafetería de Nam-in esa misma noche. Antes de que llegase la enfermera ella le advirtió a su ex esposo que no le diera ni una sola gota de agua, el no entendía lo que estaba pasando pero asintió, confiaba en ella. 

Salió del hospital con prisa y fue en busca del dinero que había prometido entregar. Pasaron las horas y finalmente se estaba dirigiendo hacia la cafetería, no haría ningún truco ahora, lo único que quería era el antídoto para salvar a su hijo, a medida que se acercaba a la puerta podía notar una silueta, la persona estaba de espaldas a ella y en su mano tenía un maletín, con lo que esperaba fuera el antídoto.

- Aquí tienes el dinero que te prometí, ahora dame el antídoto.- Hablo una vez que estuvo dentro.

La persona se dio vuelta y cuando Geum-joo vio de quien se trataba se sorprendió, claro que sabía quién era, había investigado muy bien a Shi Oh.

- ¿Tu? ¿También estás metido en todo esto? ¿También trabajas para Pavel?- Si bien sabía quién era no esperaba que tambien estuviera involucrado con Pavel, creía que solo trabajaba para Shi Oh.

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