Abril Adrinette.

Realidad virtual.

—Crearon un nuevo videojuego en el que puedes vivir una especie de realidad virtual —le estaba contando Adrien a Marinette.

Marinette se acercó un poco más a su novio, ambos se encontraban en el colegio, estaban en recreo y estaban disfrutando un poco de su tiempo juntos, porque ahora no estaban en el mismo salón de clases.

—Realmente Nino me contó sobre el juego, porque tú sabes que yo no soy gran fan de los juegos, aunque disfruto jugarlos de vez en cuando, sobre todo ser golpeado por mi dulce y tierna novia.

Marinette rió ante eso.

—No me haces sonar nada dulce ni tierna.

—Es que con los videojuegos no lo eres, Mari —la azabache asintió, no le quedaba otra más que admitir eso —. Se supone que en esta realidad virtual, puedes controlar a Ladybug y Chat Noir, tienes que cumplir diferentes misiones y vas ganando distintos puntos, no sé cómo será porque no lo he querido jugar solo.

—Mm... suena bastante interesante —Adrien asintió.

Lo cierto era que a ambos les generaba bastante curiosidad jugar ese juego porque querían ver qué tipo de poderes les habían dado a sus personajes, ¿sería algo muy parecido a la realidad? De ser así, quien lo diseñó les debía muchas respuestas, eso seguro.

—¿Te gustaría que juguemos hoy en mi casa? Sabes que hay más de un notebook, así nos registramos ambos.

—Me gusta la idea, gracias, Adrien.

—Toda idea que involucre pasar tiempo contigo, es mi panorama favorito —y Adrien besó su mejilla.

Marinette se sonrojó levemente, no podía dejar de pensar en ese juego que había mencionado Adrien, por alguna razón, recordó el juego de "Jugador", eso sí que había sido una completa experiencia de realidad virtual y lo peor de todo... el juego era buenísimo, ¿acaso podría existir algo más emocionante? Claro que en el momento estaba enojada, pero después pensando las cosas con calma, lo había disfrutado mucho.

«Se ve tan pensativa, de seguro le emociona mucho ir a mi casa», pensaba un sonriente Adrien.