Almas gemelas.

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—Creo que cuando me enamoro soy bastante intenso... —comentó Adrien.

—No eres el único, recuerda que yo también lo era —le respondió Marinette.

—Sí, pero en tú caso fue por lo que sucedió —por respeto a su novia, Adrien no mencionó nombres —. Cuando hablé del tema con mi psicóloga, me dijo que soy así, porque aspiro a tener un amor como el de mis padres.

—¿Sí?

Para Marinette resultaba un poco difícil hablar sobre Gabriel, después de todo lo que sucedió y de saber que todo el tiempo peleaban contra él... digamos que guardaba cierto rencor, entendía sus intenciones, pero no su actuar. Además, debía guardar ese secreto, era una gran carga.

—Sí. Sinceramente, mi papá solo era feliz estando con ella —Adrien siempre pensó eso, Gabriel no sonreía de ese modo con nadie más, ni siquiera con él —. Y cuando estaban juntos, ambos se veían realmente felices, ellos eran almas gemelas, Marinette —Adrien sonrió mientras recordaba algunos momentos —. Me gusta pensar que nuestro amor es así.

—Ambos nos hacemos felices, sí, claro que podemos ser almas gemelas.

—Gracias por escucharme y apoyarme, Mari.

—No tienes que darme las gracias, Adrien, sabes que te amo.

Adrien valoraba mucho esas palabras, sentía que Marinette era su felicidad, su lugar seguro y escucharla decir que lo amaba lo reconfortaba demasiado.

Abril Adrinette.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora