13 | «Típica estrellita engreída»

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—¿Por qué te mueves así? —pregunto viendo a Alvin volver a acomodarse en la silla.

—Estoy nervioso —agranda los ojos—. ¿Tu no?

—¿Por qué estaría nervioso? —frunzo el ceño negando con la cabeza.

—No sé, no quiero ser un mal tercio —se encoge de hombros a la misma vez que yo ruedo los ojos.

—No es una cita —vuelvo a negar—. Salimos los tres para celebrar que terminamos el trabajo de biología y podemos dar por salvada la asignatura, nada más.

—Si en algún momento quieres que me marche y los deje a solas solo házmelo saber y me iré sin problemas —aprieta mi brazo—. Para hacerlo menos obvio pregúntame la hora o algo así.

—No actúes como un subnormal, Alvin —advierto con expresión seria—. Es una salida de amigos, ya está.

En los veinte minutos que pasan hasta que Samantha llega al bar, me veo en la obligación de recordarle a Alvin que cenaremos como un buen grupo de amigos y que no forma parte de ningún mal tercio, pero a pesar de eso, ni bien la ve entrar vuelve a preguntar si debería marcharse o no y ahora se gana un golpe por debajo de la mesa.

—Disculpen la tardanza —dice ella deshaciéndose de sus bolsos encima del banco para luego rodear la mesa y saludarnos a ambos con un beso en la mejilla—. ¿Ya pidieron algo?

—Pizza con bordes de queso y peperoni —Alvin sonríe de lado a la vez que Sam se muerde los labios y cierra los ojos.

—Le dieron en el clavo —suelta y nosotros compartimos miradas—. Es de mis favoritas.

—La escogió Liam —miente Alvin e inconscientemente mi ceño se frunce—. También es su favorita, qué coincidencia.

Lo golpeo otra vez por debajo de la mesa y agrando los ojos pidiéndole telepáticamente que se detenga antes de meter la pata y probablemente crear una situación incómoda.

—¿Te gustan las aceitunas?, porque Liam las ama...¿Conoces la teoría de las aceitunas? —apoya su mentón en su mano.

—¿Qué tenía el cigarrillo que fumaste mientras veníamos para aquí? —pregunto viéndolo con el ceño fruncido.

—Está como sobregirado —Sam ríe—. Las aceitunas son asquerosas y sí, conozco la teoría de las aceitunas, pero siento que es una estupidez.

—Las mejores parejas se forman en base a esa teoría —Él asiente con la cabeza.

En serio, ¿qué mierda le pasa?

—Okey —Samantha lo contempla con expresión divertida y el ceño un poco fruncido—. ¿Qué han hecho mientras no estuve?

—Del baile —Ahora soy yo el que miente antes de que Alvin pueda decir algo.

No sé por qué, pero esta nervioso de verdad y se le nota en cada movimiento de su cuerpo.

—Es loco que no falte nada para graduarnos...¿Qué harán al acabar el instituto?

—Buscar un trabajo decente en New York, mudarme y dedicarme a producir música... —Alvin sonríe de lado.

—No sabía que produces música... Creí que solo era Liam.

—Es que no la produzco, todavía.

—¿Y tú? —Sam me mira a mí, sube y baja las cejas y con una sonrisa aguarda a mis palabras.

—Espero poder dedicarme a la música —Un suspiro escapa de mi pecho—. No quiero quedarme sirviendo mesas para siempre.

—Quiero escuchar tus canciones en algún momento —La intensidad de su mirada me obliga a apartar la mía—. Estás obligado a recordarnos el día que seas una estrella internacional que llene estadios —me sentencia con el dedo.

Son melodías que pintan corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora