15 | «Como ellos»

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—¡¿Cómo que se besaron?! —tiro del brazo de Alvin y juntos nos metemos dentro del baño del restaurante.

Josh nos mira entornando los ojos y cuando pregunta si todo está bien ambos asentimos rápidamente con la cabeza.

—Perfecto —dice Alvin—. Nosotros ya acabamos de limpiar nuestra parte, así que ahora te toca lo tuyo.

—Me estaba lavando las manos —dice Josh señalando sus manos mojadas con un pequeño movimiento de su cabeza—. Ya voy a limpiar.

Sale del baño aún viéndonos con desconfianza y una vez estamos solos Alvin me golpea el brazo.

—Se han besado y ahora se te ocurre decírmelo —agranda los ojos—. ¡¿En qué has estado pensando todo el puto día como para no decírmelo?!

—En el beso —Y en mis cuatro estrellas.

—¿Y ahora qué? —me enseña ambas palmas de sus manos—. ¿Son novios? ¿Están saliendo?

—No sé —niego con la cabeza—. No quiero que solo lo demos por asumido y ya... Quiero pedirle que sea mi novia y que el momento sea especial...

—Las cosas románticas no me van —dice él rodando los ojos—. Mila y yo lo tenemos aceptado, estamos juntos, ya está, no hay que darle tantas vueltas.

—Además, no sé cómo se lo haya tomado ella... Quizá fue solo un beso sin significado y aquí estoy yo a punto de comenzar a planear nuestra boda.

—Deja la boda para cuando seas famoso y puedas pedirle matrimonio en un concierto repleto de gente —vuelve a dirigirse hacia la puerta—. Es un recuerdo que permanecerá en su mente y en la de tus futuros fans para siempre.

Sale del baño y yo lo sigo regresando al área de mesas. El restaurante está completamente vacío, solo quedamos nosotros y Josh.

—¿Quieres que te ayudemos? —pregunto a la vez que tomo mi mochila de encima de la barra.

—Tranquilos —dice él negando con la cabeza—. Me quedan unas pocas mesas, acabaré y me voy.

—Nos vemos mañana, Josh —Alvin toma su mochila y sale del restaurante.

—Hasta mañana —me despido yo y luego me dispongo a seguir a Alvin fuera del restaurante.

Apenas pongo un pie en la calle mis manos viajan a los bolsillos de mi jean en busca de mi cajetilla de cigarrillos. Tomo uno y hago una seña con la cajetilla hacia Alvin que asiente con la cabeza y también agarra un cigarrillo.

—Mi abuelo tuvo cáncer de pulmón —suelta absolutamente de la nada y yo lo miro frunciendo el ceño—. No sé si debería fumar.

—No fumes —me encojo de hombros—. Nadie te obliga a que lo hagas.

—Es lindo, yo me obligo a hacerlo —le paso el encendedor—. Además, me da cierta clase de estilo, ¿no?

—No —suelo negando con la cabeza.

—No sabes de lo que hablas —me empuja de lado.

Caminamos en silencio, el viento que sopla consume mínimamente el cigarrillo en mi mano, pero le resto importancia. Sin importar donde haya estado mi cuerpo durante el día, mi mente ha estado rememorando ese beso una y otra vez.

Fija en el pasado, fija en ese momento.

—¿Estás enamorado de ella? —pregunta Alvin y yo suelto un suspiro.

—Un poco.

—Entonces ya está —se encoge de hombros—. Pedirle que sea tu novia está de más, es obvio que ambos se gustan, denlo por hecho y ya.

Son melodías que pintan corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora