CAPÍTULO 13. Desconocido

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ELYSIA

La cabeza me palpita, la boca la siento seca y el cuerpo me pide no dejar la cama. Para empezar, nunca había bebido y quedó demostrado que no soy nada tolerante al alcohol aunque por otro lado sí recuerdo lo que hice.

No sé cómo lo voy a mirar después de haberle dicho tal cosa.

Estoy sola en la habitación así que salgo de la cama hacia el baño para verme al espejo, encontrando el mismísimo espanto. Mi pelo se nota estar enredado, mis labios están resecos y unas ojeras hermosas adornan mis ojos. Miro el lugar buscando mi ropa y sin encontrarla salgo de ahí para ir escaleras abajo donde diviso mis zapatos y la cartera pero ni rastro del vestido.

—Oh, despertó la bella duermiente —doy un brinco en el lugar a causa de la repentina aparición de Brayden —. ¿Cómo te sientes?

Tiro de la camiseta que traigo para tapar más la piel de mis piernas pero sus ojos se pierden en ese lugar.

—¿En dónde está mi ropa? —no me molesto en ser agradable.

—¿Siempre te levantas así con mala actitud?

Sigo tirando de la prenda cuando veo que su vista me recorre pasando más tiempo en la zona de mis pechos. Dirijo la mirada hacia allí encontrándome con que se notan por encima de la tela y cruzo los brazos.

—Deja de mirarme con descaro y dime en dónde está mi vestido. Ya me quiero ir de aquí.

Me da una última repasada antes de subir al piso de arriba y me dirijo a tomar mi celular encontrando muchísimas llamadas tanto de Manuel como de un número desconocido que deduzco debe ser de Frank. Dejo el teléfono a un lado cuando él regresa con mi prenda en sus manos, afuera se escucha la voz de una mujer y volteo a ver dando con la figura de Lina. Mi cuerpo comienza a sentir pánico.

—¡Amor, he vuelto! —vuelve a gritar llamando la atención de ambos, la cada de Brayden se pone de mil colores —. ¡¿Amor, dónde estás?!

—Dame eso —le arrebato el vestido de las manos y regreso corriendo a la habitación donde desperté.

Con una rapidez impresionante me quito lo que traigo puesto para meter el cuerpo dentro de mi ropa. Me asomo a la escalera al sentir voces y es la pelinegra quien está enganchada al cuello de su esposo dejando besos en su cara, él le sigue el juego como si de verdad la quisiera.

—¿Cómo sabías que estaba aquí? —el castaño intenta que su voz salga normal aunque en el fondo titubea —. No me dijiste que volverías tan rápido.

—Julio me habló sobre que ayer pediste la casa prestada y como deduje que sería una sorpresa no quise decirte —su tono es meloso, aparentando ser dulce y eso me exaspera —. De camino he hablado con la doctora que me estará examinando durante el embarazo.

Con sus manos toma las de él llevándolas a su vientre y vuelven a conectar miradas.

—Ya está creciendo, ponto sabremos el sexo y comenzaremos a decorar su habitación.

Él quita sus manos como si lo que tocó fuese algún tipo de infección, con disimulo mira en mi dirección y sigue hablándole a Lina hasta llevársela al jardín. A la velocidad de la luz bajo para agarrar mis zapatos y la bolsa para ir fuera y ver cómo salir de aquí. En los asientos cercanos a la piscina la pareja parece estar pasando un momento "romántico" gracias a que Brayden hace bien el papel de esposo cariñoso teniéndola sentada en sus piernas dejando que ella tenga su cabeza recostada sobre su hombro. Con la mano me hace una seña clara de que debo seguir el camino para salir de allí y sin mirar atrás dejo esa casa.

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