En el sutil silencio del lugar, resonaban los ecos de un pasado lleno de sombras y remordimientos.Cada rincón se impregnaba con la densa atmósfera de una memoria dolorosa, donde las paredes mismas parecían susurrar los secretos más oscuros del alma.
Era un espacio impregnado de un aura de pesar, donde cada objeto, cada detalle, actuaba como testigo silencioso de las decisiones erradas y los caminos perdidos.
Los recuerdos acechaban en cada esquina, como fantasmas del pasado que se negaban a ser olvidados.
Era un viaje a través de los laberintos de la mente, donde los arrepentimientos y las oportunidades perdidas se entrelazaban en una danza macabra de tormento interior.
La luz, apenas filtrándose a través de aquellas aberturas entreabiertas, apenas era suficiente para iluminar las sombras que se cernían sobre la conciencia.
En este lugar de desolación y desesperanza, la presencia de la culpa era palpable, envolviendo al protagonista en un abrazo gélido que parecía no tener fin.
Cada respiración era un recordatorio doloroso de las promesas rotas y los sueños destrozados. El eco de los murmullos de sus miedos resonaba en sus oídos, como un estado constante de la fragilidad de la propia existencia.
Los demonios internos encontraban refugio en las sombras, alimentándose de la debilidad y el autoengaño. Eran los señores supremos de este reino de la falsedad, reinando sobre un territorio devastado por la autoindulgencia y la falta de coraje para enfrentar la verdad.
En este ambiente asfixiante, la única compañía era el eco de la propia voz, repitiendo una y otra vez los errores del pasado, perpetuando un ciclo interminable de autodestrucción.
En este lugar donde la luz apenas se atrevía a penetrar, el hombre se encontraba atrapado en un laberinto de su propia creación, condenado a revivir una y otra vez el mismo tormento, la misma cobardía, el mismo olvido.
Un lugar donde el tiempo se había detenido, congelando para siempre al protagonista en un estado de eterna penumbra, atrapado entre las sombras de su propia alma.....
-Samael: E-Eh?, Donde estoy?.....-El joven se despertó con un estremecedor dolor que parecía emerger desde lo más profundo de su ser. Su mente se tambaleaba entre la confusión y la desorientación mientras trataba de comprender dónde se encontraba.
Una sensación abrumadora de opresión lo envolvía, como si estuviera siendo aplastado por una fuerza invisible.Aunque no encontraba heridas visibles en su cuerpo, cada movimiento era una agonía, como si cada músculo y cada articulación estuvieran sometidos a una presión insoportable.
Se levantó con dificultad, apoyándose en un brazo tembloroso mientras luchaba por mantener el equilibrio.
Cada paso era una prueba de resistencia, como si estuviera arrastrando consigo el peso de todo el universo sobre sus hombros.
El aire a su alrededor parecía espeso y cargado, dificultando su respiración y aumentando su sensación de confusión y desesperación.
Lentamente, como si emergiera de las profundidades de un sueño inquietante, comenzó a abrir sus ojos, pero solo lograba distinguir débiles destellos que se arremolinaban en su visión, como luciérnagas atrapadas en una neblina densa.
Tales parpadeos eran un esfuerzo, una lucha contra la oscuridad opresiva que lo rodeaba.
Intentó moverse, pero el dolor que recorría sus pies era agonizante, como si estuviera atravesando un campo de afiladas espinas o caminando sobre brasas ardientes.
ESTÁS LEYENDO
FNAF/FNIA: [El Infierno en la Tierra: Una historia que ya fue contada...]
HorrorDesesperado por escapar de su pasado tumultuoso, un joven encuentra refugio en un trabajo aparentemente ordinario en un restaurante con animatronics. Sin embargo, lo que comienza como una oportunidad para cambiar su vida se convierte rápidamente en...