FNAF/FNIA: [El Infierno en la Tierra: Una historia que ya fue contada...]

Amargo y Agridulce (Parte 1)

"En las cosas profundas e importantes estamos terriblemente solos"
-Rainer María Rilke

Fredder and friends's show 22: 45

La sala permanecía en penumbra, iluminada solo por la luz tenue y envejecida de unas lámparas al borde del agotamiento. Tres figuras atravesaron el umbral, sus pasos resonando como el eco de un ritual que ningún vivo debería presenciar.

Era un espacio vasto y frío, que parecía haber sido abandonado a las inclemencias del tiempo. Las paredes, revestidas de madera oscura y agrietada, exhibían símbolos tallados con precisión casi obsesiva, detalles tan intrincados que parecían adquirir vida propia, deformándose en las sombras como si tuvieran un propósito siniestro.

La noche era fría, y el viento soplaba entre los árboles con un silbido lúgubre que resonaba en la oscuridad. Los tres trabajadores llevaban equipo de demolición básico y, a primera vista, parecían listos para cualquier cosa... o al menos eso intentaban aparentar.

Las linternas de sus cascos lanzaban destellos de luz que apenas lograban iluminar unos pocos metros frente a ellos, revelando paredes despintadas y cubiertas de grafitis que parecían viejas advertencias o quizás símbolos de algún significado perdido.

- Uff... que mala cara tiene... ¿No les parece que esto tiene pinta de escenario de película de terror barata?- bromeó el de cabello oscuro, sosteniendo un martillo en una mano y un cigarrillo apagado en la otra, que mordía con evidente nerviosismo.

-¿Película de terror?. Esto parece más bien el set de una casa embrujada...- replicó el hombre de las gafas, mientras inspeccionaba el marco de la puerta de metal. -¿Y se supone que quieren traer niños a un lugar como este?. ¿Acaso es una sub-zona de la atracciòn del horror?, de no ser así, ¿Quien mierda pensó que sería adecuado hacerlo al lado de la guardería?...

El hombre entrecano, que parecía liderar el grupo, soltó una risotada seca y rodó los ojos. -A los de siempre, supongo. Algún creativo pensó que este lugar sería... 'perfecto para algo único'-Hizo un gesto con las manos como si estuviera imitando las palabras de algún ejecutivo entusiasta. -Dicen que tiene que ser algo 'aterrador, pero divertido.' Una experiencia... ¿cómo era? Ah, sí, inmersiva. Esas palabras que los de marketing siempre usan para justificar cosas raras-.

Los tres intercambiaron miradas de complicidad. Era evidente que ninguno de ellos entendía realmente por qué les habían pedido crear una sala de marionetas en un lugar tan espeluznante, pero ya estaban acostumbrados a no hacer demasiadas preguntas.

Se acercaron a la puerta de metal que conducía al interior del área de trabajo, que estaba cerrada con un candado oxidado y cadenas que parecían haber sido colocadas hacía décadas.

El hombre de cabello oscuro soltó una carcajada. -Bien...¿Quién pensaría que necesitaríamos una sesión de demolición antes de entrar?.....Nos mandan a montar una sala nueva y terminamos destruyendo la mitad del lugar...-.

Con un golpe firme, el entrecano levantó su martillo y lo descargó sobre el candado. El sonido retumbó en el aire, y las cadenas cayeron con un crujido metálico. -Bueno, caballeros, bienvenidos a su nuevo proyecto: Marionnet world, lo último en combinar lo contemporaneo y lo antiguo... abran sus mentes y sumerganse es esta curiosa experiencia....-Dijo, fingiendo una voz de guía de atracciones. Empujó la puerta, que se abrió lentamente, chirriando como si protestara ante su presencia.