Mas allá del mito...

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"Nos prometieron que los sueños podrian volverse realidad. Pero se les olvido mencionar que las pesadillas tambien son sueños..."

-Oscar Wilde.




























Atracción del horror, 3 horas antes del amanecer...

Mucho antes de que la noche cediera su lugar al amanecer, antes de que la oscuridad se disolviera bajo las primeras luces del día, un acontecimiento ocurrido en el corazón de aquel lugar sombrío reveló una verdad tan inquietante como horriblemente perturbadora. El gigante que yacía en su interior se vio sacudido por una revelación que fue a la vez grotesca y reveladora, como un cruel secreto de un pasado del cual nunca podría escapar.

En el abismo de tensión que envolvía las salas desmoronadas, la mente del gigante estaba atormentada por el recuerdo de un cuerpo en estado de descomposición, deformado y arruinado, una vez hogar de una animatrónica. Freddy, si es que alguna vez ese nombre tuvo algún valor verdadero, o si tan solo era otra capa de engaño para ocultar una verdad aún más terrible.

La realidad se había torcido tanto que la línea entre lo mecánico y lo humano se había difuminado, y ya no podía seguir aferrándose a la idea de que esos seres eran solo máquinas frías de metal y acero; comprendía con dolorosa claridad que eran algo mucho más siniestro.

¿Se había equivocado por completo al juzgarlas? ¿Era su percepción de ellos tan errónea como el propio mundo distorsionado que lo rodeaba? Había sido testigo de una brutalidad sin límites, un sadismo desenfrenado que hacía que su mera mención le causara escalofríos. Era como si el dolor mismo hubiera tomado forma, una entidad viviente y deformada que solo podría existir en la mente de un monstruo infinitamente cruel.

Sin embargo, en ese instante exacto, en ese angustioso intervalo entre la cordura y la locura, atisbó algo más allá del odio y el sufrimiento que conocía tan bien. Más allá de las pieles desgarradas y los fragmentos de carne mutilada, más allá de los golpes y cortes, de los insultos que se desmoronaban como cenizas en el aire.

En ese cruce de miradas directas, en la quietud de una conexión que parecía vacía de intenciones, se reveló algo que desmoronó sus convicciones. ¿Era acaso una mera coincidencia...? ¿Un vestigio de humanidad perdida...? ¿Quién podría decirlo?

Esos cuerpos maltratados, esos fragmentos de carne pulverizada y desgarrada, mostraron una verdad que desestabilizó su frágil equilibrio emocional. Cuando finalmente destruyó al monstruo, al quitarle la máscara que lo ocultaba, al despojarlo de su grotesco rostro y sus cables, encontró algo inesperado: carne.

Carne y piel, sí... ¿era realmente posible? Esos ojos, esos pequeños ojos que lo miraban con una tristeza infinita, ya no reflejaban el furor ardiente que antes los había caracterizado. No había humo ni cenizas, solo la fría humedad de la debilidad y el desamparo. Ojos azules que imploraban una señal... ¿de humanidad, de ayuda, de piedad...?

¿Por qué...?
¿Por qué allí? ¿Por qué él? ¿Qué esperaba lograr...?
¿Acaso esperaba que la reconociera y viera en él algo más allá del horror? ¿Deseaba que, a pesar de todo el daño infligido, pudiera ver su verdadero semblante? No, no quería infligir más dolor. No deseaba hacerle daño. No era una persona malvada, no era una bestia cruel como ellos la habían descrito...

Nunca fue su intención herirlo, nunca fue ella quien tomaba las decisiones. Nunca buscó la violencia. Cuando ocurrió aquello, no paraba de llorar, de suplicar que terminara el tormento. Vivir con la idea de hacerle esto una y otra vez era como un veneno para su mente. Deseaba morir, deseaba poner fin a su sufrimiento, pero este lugar le demostró que incluso en la muerte había dolor.

FNAF/FNIA: [El Infierno en la Tierra: Una historia que ya fue contada...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora