Noche 3: Tiempo de Pascuas (Parte 3)

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Mateo 5:10-12
"Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. Dichosos serán ustedes cuando, por mi causa, la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo."

...Retomando lo acontecido...


Samael sintió que sus rodillas temblaban bajo el peso de su propio cuerpo. Su respiración era errática, un jadeo agónico que resonaba en la vastedad de aquel sitio desolado.

Apenas había llegado al lugar, pero era como si cada paso hubiera drenado la poca energía que le quedaba. El cansancio, el miedo, y algo más profundo, algo visceral que no podía nombrar, lo aplastaban.

Finalmente, cayó de rodillas. El golpe fue sordo, y su piel rozó el suelo áspero, causando una sensación de ardor que apenas registró. Su mente estaba en otro lugar, completamente abrumada por las imágenes que lo habían atormentado durante días, semanas... ¿meses?.

Había perdido la noción del tiempo. Todo lo que sabía era que algo aquí no estaba bien. Algo lo arrastraba hacia el abismo, y ahora, al estar allí, lo sentía más cerca que nunca.

Con las manos temblorosas, se impulsó hacia adelante, arrastrándose. No podía caminar, ni siquiera levantarse, pero su instinto le decía que debía seguir moviéndose. Cada centímetro que avanzaba era una lucha titánica contra su propio cuerpo, que amenazaba con rendirse.

El sudor caía en gotas gruesas por su frente, mezclándose con el polvo y la suciedad del lugar. Sentía el frío del suelo en sus palmas, sus rodillas raspadas, pero ni el dolor ni la incomodidad importaban ahora.

-Al fin... lo hice... esta ahi.... un poco mas....- Pese a la agonia que lo mutilaba, la felicidad del momento, del porfin... despues de todo, habia cumplido su palabra. Derrotado, pero lo hizo...- Este es... este...... que?- Pero asi como facil vino su esperanza, facil se fue....

Sus ojos escaneaban la escena frente a él. No reconocía el lugar. O, mejor dicho, no quería reconocer lo que veía.

Donde antes estaba esa sala oculta, ese rincón que alguna vez contenía secretos perturbadores, ahora solo había caos. Los muebles que recordaba ver allí estaban destrozados, reducidos a astillas y escombros, como si una fuerza implacable hubiera pasado por encima de todo.

Las paredes, antes impecables y llenas de esa ominosa presencia que sentía en cada rincón, ahora estaban agrietadas y desnudas, como si el lugar mismo se hubiera rendido al abandono y la destrucción.

-Samael:.......

El joven siguió avanzando, su respiración se volvía más pesada, el esfuerzo de cada movimiento más agotador. Pero no podía detenerse, no cuando sabía que ella estaba en alguna parte.

Lolbit. Esa voz juguetona y burlona que lo atormentaba y servia a partes iguales. Tenía que encontrarla, tenía que asegurarse de que estaba bien, o al menos, saber dónde diablos se había metido.

- -¡LOL- AUGH...!, L-LOLBIT! -llamó, alzando la voz todo lo que su agotado cuerpo le permitía-. ¡LOLBIT!, ¡CONTESTA!.

El eco de su voz rebotó en las paredes vacías, llenando el espacio con un silencio aún más sofocante que antes. No había respuesta, solo el crujido lejano de algo que se desmoronaba lentamente. Samael se detuvo, jadeando, sintiendo cómo el aire comenzaba a faltar en sus pulmones.

- AUGH....¡AGH!.... ¡M-MALDITA SEA... L-LOLBIT! -gritó esta vez, con desesperación, sus palabras cargadas de una mezcla de miedo y rabia.

El silencio fue su única respuesta.

FNAF/FNIA: [El Infierno en la Tierra: Una historia que ya fue contada...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora