Mateo 5:10-12
"Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. Dichosos serán ustedes cuando, por mi causa, la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo."...Retomando lo acontecido...
Samael sintió que sus rodillas temblaban bajo el peso de su propio cuerpo. Su respiración era errática, un jadeo agónico que resonaba en la vastedad de aquel sitio desolado.Apenas habÃa llegado al lugar, pero era como si cada paso hubiera drenado la poca energÃa que le quedaba. El cansancio, el miedo, y algo más profundo, algo visceral que no podÃa nombrar, lo aplastaban.
Finalmente, cayó de rodillas. El golpe fue sordo, y su piel rozó el suelo áspero, causando una sensación de ardor que apenas registró. Su mente estaba en otro lugar, completamente abrumada por las imágenes que lo habÃan atormentado durante dÃas, semanas... ¿meses?.
HabÃa perdido la noción del tiempo. Todo lo que sabÃa era que algo aquà no estaba bien. Algo lo arrastraba hacia el abismo, y ahora, al estar allÃ, lo sentÃa más cerca que nunca.
Con las manos temblorosas, se impulsó hacia adelante, arrastrándose. No podÃa caminar, ni siquiera levantarse, pero su instinto le decÃa que debÃa seguir moviéndose. Cada centÃmetro que avanzaba era una lucha titánica contra su propio cuerpo, que amenazaba con rendirse.
El sudor caÃa en gotas gruesas por su frente, mezclándose con el polvo y la suciedad del lugar. SentÃa el frÃo del suelo en sus palmas, sus rodillas raspadas, pero ni el dolor ni la incomodidad importaban ahora.
-Al fin... lo hice... esta ahi.... un poco mas....- Pese a la agonia que lo mutilaba, la felicidad del momento, del porfin... despues de todo, habia cumplido su palabra. Derrotado, pero lo hizo...- Este es... este...... que?- Pero asi como facil vino su esperanza, facil se fue....
Sus ojos escaneaban la escena frente a él. No reconocÃa el lugar. O, mejor dicho, no querÃa reconocer lo que veÃa.
Donde antes estaba esa sala oculta, ese rincón que alguna vez contenÃa secretos perturbadores, ahora solo habÃa caos. Los muebles que recordaba ver allà estaban destrozados, reducidos a astillas y escombros, como si una fuerza implacable hubiera pasado por encima de todo.
Las paredes, antes impecables y llenas de esa ominosa presencia que sentÃa en cada rincón, ahora estaban agrietadas y desnudas, como si el lugar mismo se hubiera rendido al abandono y la destrucción.
-Samael:.......
El joven siguió avanzando, su respiración se volvÃa más pesada, el esfuerzo de cada movimiento más agotador. Pero no podÃa detenerse, no cuando sabÃa que ella estaba en alguna parte.
Lolbit. Esa voz juguetona y burlona que lo atormentaba y servia a partes iguales. TenÃa que encontrarla, tenÃa que asegurarse de que estaba bien, o al menos, saber dónde diablos se habÃa metido.
- -¡LOL- AUGH...!, L-LOLBIT! -llamó, alzando la voz todo lo que su agotado cuerpo le permitÃa-. ¡LOLBIT!, ¡CONTESTA!.
El eco de su voz rebotó en las paredes vacÃas, llenando el espacio con un silencio aún más sofocante que antes. No habÃa respuesta, solo el crujido lejano de algo que se desmoronaba lentamente. Samael se detuvo, jadeando, sintiendo cómo el aire comenzaba a faltar en sus pulmones.
- AUGH....¡AGH!.... ¡M-MALDITA SEA... L-LOLBIT! -gritó esta vez, con desesperación, sus palabras cargadas de una mezcla de miedo y rabia.
El silencio fue su única respuesta.
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FNAF/FNIA: [El Infierno en la Tierra: Una historia que ya fue contada...]
HorrorDesesperado por escapar de su pasado tumultuoso, un joven encuentra refugio en un trabajo aparentemente ordinario en un restaurante con animatronics. Sin embargo, lo que comienza como una oportunidad para cambiar su vida se convierte rápidamente en...