FNAF/FNIA: [El Infierno en la Tierra: Una historia que ya fue contada...]

Noche 2: El Horror Mecánico del Apostol (parte 2)

Segundo piso, "The Girl's Sirens" 1:30 P.M

Lejos de los gritos de dolor y el disparo de armas cortantes, en la profundidad y oscuridad de las largas escaleras, se encontraba un ente de infantil aspecto que huía a gran velocidad. Su respiración era entrecortada, y sus pequeños pies apenas rozaban los escalones mientras descendía apresuradamente, casi volando en su desesperación por escapar de los horrores que dejaba atrás.

Nuestra pequeña asistente, a pesar de su negación y la culpa que experimentaba por algo que, según ella, era su culpa, no se detuvo en seguir la orden de su compañero. Sufría en silencio, su mente atrapada en un remolino de pensamientos autodestructivos, preguntándose si algún día encontraría redención o un propósito en su existencia. No sabía si su vida tenía algún sentido, si era más que una simple marioneta que salio del sistema, o ese era su objetivo en realidad.

A pesar de todo, no podía evitar prestar atención a su compañero. Aunque solo lo conocía desde hacía unas pocas horas, había logrado adaptarse a él con una rapidez sorprendente. Quizás era porque él era la única persona que podía ayudarla en ese momento, la única ancla que la mantenía conectada a una realidad cada vez más turbia y confusa. Era un desconocido, un extraño, pero una vida al fin y al cabo. Y una cosa que jamás permitiría era el descuido del personal, de ningún tipo.

Lamentablemente, ella no tenía prioridad, ni física ni moral sobre la situación. Se reducía solo... a una imitación artificial. Aunque su apariencia era la de una niña, sus cuidados y tareas hiban mucho mas que su existencia, diseñada para asistir y proteger. Su "vida" estaba programada para servir, para obedecer, para sacrificar todo en nombre de quienes consideraba sus superiores. Sin embargo, en algún rincón profundo de su programación, había un destello de humanidad, una chispa de conciencia que la hacía cuestionar su propósito y su valor.

Valor, cuyo componente fue borrado de la noche a la mañana. Y cuando vio su oportunidad de empezar de nuevo, en una nueva y resurgida empresa. Fue puesta en boca de un siniestro ambiente, de seres que nunca tuvieron que existir. Al igual que cualquier otro, se decia a si misma una y otra vez que era todo falso... o en su defecto, un error, una descomposición de las maquinas....¿Pero esto?...

En medio del caos, A pesar del pánico que la invadía, había obedecido sin vacilar. No podía permitir que el miedo la paralizara. Con cada paso, sentía el peso de la responsabilidad sobre sus frágiles hombros mecánicos. Sabía que su compañero confiaba en ella, que contaba con su éxito para sobrevivir.

-Helpy( Esta bien...., el estara bien.... sabe como hacerlo.... es conciente de ello....y puede.... pero......)- tratando de mantener la calma, se decia a si misma que todo estaba perfecto, que Samael podria ganar y salir de alli. Pero eso no quitaria lo que sentia.

La culpa la corroía por dentro. ¿Y si no lograba escapar? ¿Y si su compañero moría por su incompetencia? Los pensamientos oscuros la acosaban, pero seguía corriendo. No podía permitirse el lujo de fallar. Aunque solo era una imitación artificial, su deseo de proteger y servir era tan real como cualquier sentimiento humano.

-Helpy: (No mires atras.... no mires atras... no mires atras.... no mires atras...)- Se repetía una y otra vez, agarrandose de su orejas para no escuchar los problemas que arraigaban a Samael.

Finalmente, llegó a una puerta al final de las escaleras. La abrió con manos temblorosas y se encontró en una habitación iluminada por una tenue luz azulada. Se apoyó contra la pared, jadeando, y trató de calmar su acelerado pulso. Sabía que aún no estaba a salvo, pero al menos había conseguido un momento de respiro. Desde su posición, podía escuchar el eco distante de los combates, pero también algo más: la esperanza de que aún había una oportunidad de sobrevivir.