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Dante.

Intento no sentirme tan culpable mientras la coloco encima de mí. Es la mejor posición para que se adapte y ella vea que tanto puede resistir. Así me aseguro de no hacerle daño.

Me pidió que no le retirara toda la ropa. Deje que me privara. Pero solo por mientras. Conmigo las cosas se hacen bien o no se hacen.

—Ve tú lo que puedes soportar Angelina.—Digo tragando duro.

Ella me coloca en su entrada y va bajando lentamente... Siento como algo se rompe, la miro y la veo con los ojos cerrados y una expresión de dolor.

—Déjame ayudarte.—Digo mientras humedezco mis dedos y los llevo a su clítoris.—Respira...

Una mano la ocupo para afirmarla y guiarla mientras la otra trabaja en su clítoris.

Siento como ella se va soltando poco a poco.

Cada vez baja más. Mis ojos están a nada de volverse blancos.

Es una tortura. Deliciosa. Pero eso no le quita la tortura.

—Dante...—Respira entrecortadamente.—Mhmm...—Gime y se queda totalmente sentada en mi regazo.

No se mueve.

Yo por instinto muevo mis caderas intentando generar movimiento. Lo necesito.

—¿Cómo se siente?—Pregunto desesperado por ir rápido.

—Bien... se siente bien. Ya ni duele tanto.—Responde en un susurro.

—Te voy a mover. Me avisas si es mucho. —Añado y coloco las manos en su cadera y empiezo menearla de adelante hacia atrás. Haciendo que se genere una fricción y estimule su clítoris para que me permita a mí empezar a trabajar.

Angelina parece aprender rápido. Y empieza ella a formar su propio ritmo.

De vez en cuando hace círculos con la cadera y vuelve a lo mismo. O también se levanta y se deja caer.

No me quejo.

Me gusta.

Pero no puedo seguir así.

La afirmo de la cintura mientras me levanto un poco para dejarla acostada en la cama. Una vez esta de espalda en el colchón separo sus piernas y me introduzco de nuevo en ella. Procuro ser cuidadoso al hacerlo.

Luego de hacer lo mismo unas cuantas veces. La veo que ya se acostumbró. Y en sus ojos no hay dolor. Solo lujuria.

Prosigo colocando su talón en mi hombro. Y empiezo a marcar mi ritmo.

Como es su primera vez hago todo con un nivel menos de revolución.

Pero no sé cuanto más podre seguir de esta manera.

No estoy acostumbrado a esto...

—Dante... No te contengas. No más por favor—La veo morderse el labio.

Me dan ganas de hacerle caso.

Pero me contengo.

La sigo penetrando de la misma posición, pero cada vez voy aumentando la velocidad. Haciendo que nuestros cuerpos produzcan sonidos del choque continuo.

Angelina gime mi nombre.

Y es inevitable no querer ir más allá.

La doy vuelta sobre la cama y hago que se ponga de rodillas. Con su trasero apuntando a mí.

Ella no protesta.

Y esta vez cuando me introduzco en ella es de golpe.

—Sí... D-dante...—Veo su agarre en las sabanas.

No me contengo. Ya no más.

Lo hago a mi ritmo. Al que estoy acostumbrado.

Rápido.

Embestidas duras...

En el proceso no me aguanto y rompo su camisa. Ya no más ropa. No conmigo. Ni ahora.

Quiero verla...

—Ángel...—Gimo cuando siento sus paredes contraerse.

—Dante... no pares. Más rápido.

Mierda.

Le doy lo más rápido y duro que puedo. Le gusta así. A mi también.

Mi respiración agitada hace juego con sus gemidos y mucho antes de venirme ella lo hace. Regalándome su primer orgasmo.

Joder...

Nota: holiis me dijeron mucho Di No Al Sin detalle djdjd y bueno acá les traje sus detalles.

InfernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora