28

1.4K 117 7
                                    

Dante.

—¿Qué?—Pregunta perpleja.

—Un masaje.—Me encojo de hombros.—No es nada de otro mundo a menos que prefieras soportar el dolor...

—Acepto, pero por qué tengo que quitarme la ropa, puedo levantarme la playera y...

—Es más cómodo.—La interrumpo.

—Creo que es más cómodo para mí.

—Ya te he visto desnuda antes.—La miro de pie a cabeza.—No será nada bueno para mí.

Su cara se sonroja.

—Eso fue cosa de una vez, y no significa que siempre quiera que me veas desnuda.—Levanta la cabeza haciendo que nuestros ojos se conecten.—Fuiste el primer hombre el que me vio desnuda y me traicionaste grabando ese encuentro...

—Tenía mis razones.—Me excuso.

—¿Y eso lo hace menos malo?—Pregunta.

—No, pero lo hice...

—No importa la razón, lo hiciste de todas forma, eso no lo justifica.—Habla y me quedo en silencio.—¿Si yo te vendiera a tus enemigos me lo perdonarías?

—No—Gruño sabiendo la respuesta.

.

—¿Por qué no lo harías?—Se cruza de brazos.

—Porque eso es traición.—Respondo lo obvio.

—Pero tenía razones para hacerlo.—Se encoge de hombros.

—Angelina...

—Estoy aplicando tu lógica.

Me quedo en silencio analizando sus palabras, todo lo que dice tiene razón, aunque no lo admita en voz alta, sus palabras se sienten como un balde de agua fría.

—Tienes razón—Digo en un susurro.

—Lo sé.

Ambos nos quedamos en silencio, sé lo que quiere que diga, pero en mi diccionario nunca ha estado el perdón, estoy tan acostumbrado a siempre salirme con la mía, sin rendir cuentas, sin disculparme con nadie.

—No lo vas a decir.—Afirma.

Niego sin ser capaz de mirarla a los ojos.

—Bien, entonces vete.

—No.—Niego.—Te haré el masaje.—Contesto de manera segura.

—No tienes permitido tocarme.—Suspira.—No confío en una persona que no reconoce sus errores y pide perdón por eso.

Sin nada más que decir me voy, dejándola sola, no puedo pedir perdón, no es que no quiera, es que no puedo, no está en mí, me cuesta decir perdón mucho más que decir te amo, esa palabra que solo mi madre a oído salir de mi boca, y una única vez se lo dije.

InfernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora