8

2.2K 164 6
                                    

Angelina

Dante llega a su clímax gimiendo mi nombre. A pesar de que lo odio sus gemidos son lo más excitante que he oído en mi vida. Escuchar su voz ronca gimiendo mi nombre es como tener un orgasmo. Pero auditivo.

Dante cae rendido a la cama. A mi lado.

Yo no sé qué decir. Ni hacer.

¿Qué se hace en estos casos?

Ni loca me quedo aquí.

Cuando se le quite más la calentura seguramente me va a humillar. No estoy dispuesta a eso.

Lo miro hacia un lado. Me doy cuenta de que está con los ojos cerrados.

No sé si está durmiendo o se está haciendo él dormido. Pero no me pienso quedar para averiguarlo.

Espero que su respiración se calme más. Y me levanto.

Veo en el suelo mi ropa... Bueno. Mi vestido roto que hace unos minutos lo ocupe como camisa. En fin. Me rehusaba a desnudarme completamente. Por eso levantó mi vestido. Aunque después lo rompió.

Sin más remedio, me voy a su closet. Ahí hay ropa.

Saco una camisa larga que es claramente cinco tallas más que yo. Me la coloco.

Esto me queda como vestido.

Me sirve.

No hay tiempo que perder.

Recojo mis tacones y abro la puerta lentamente cuidando no hacer ningún ruido.

Hago todo con cautela hasta que llegó a la puerta principal.

Hay algo que olvidó...

Joder.

Mi celular.

Reviso por la sala en busca de él.

Bingo.

En el sofá.

Corro en busca de él y lo prendo.

Tengo llamadas perdidas de Ariana.

Le devuelvo la llamada e inmediatamente contesta.

—Niña, por dios me tenías preocupada. ¿Dónde estás?

—Es una larga historia Pero... ¿Puedes enviar algún taxi o un Uber por mí? No sé dónde estoy, pero te mando la ubicación por WhatsApp.—Susurro.

—Claro.—Contesta reservándose las preguntas para después.

—Bien. Gracias.—Cuelgo y salgo de la casa.

Le mandaré la ubicación cuando esté fuera de esta casa. No me quiero arriesgar a qué se despierte.

Dante.

No sé en qué momento me quedé dormido. Pero cuando desperté esperé verla rendida en mis brazos. Durmiendo.

Esperé verla aquí...

En cambio. Me desperté con una casa vacía. Su vestido roto y mi armario abierto.

Ciertamente, esperaba que se quedara. No sé para qué. Solo esperaba verla nuevamente.

Creo que no verla aquí al despertar fue un golpe bajo a mi ego.

De cierta manera me siento utilizado.

Hace un buen tiempo no tenía una noche como la de anoche.

Aunque empezó lenta. Termino como a mí me gusta.

Es una pena que esto haya sido solamente una venganza. De verdad me gustó sentirla anoche.

InfernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora