005

394 26 5
                                    




No se por donde empezar...—Fueron sus primeras palabras, en aquel momento jamás llegue a pesar lo que estaba apunto de contarnos, si hubiera sabido habría exigido mejor no saber nada.

...

—No puedes dejarme solo en esto.—Comenzó a seguirme por toda la casa.

—Estas totalmente loco si crees que te voy ayudar, acoso no recuerdas como terminamos todos ese día.—Sentí varias lagrimas recorrer mis mejillas, no era fácil recordar ese día, aquel miserable noche lo perdí todo, y no quiero que vuelva a pasar.

—Lo recuerdo meg.—Agacho su cabeza.—Pero si tan solo dejarás que te explique.—Hablo después de largos segundos.

—Ya te lo dije, no quiero volver a revivir esa noche, no voy a permitir que algo te pase, no quiero perderte a ti también.—Me acerqué a él y lo envolví en mis brazos.

—Eso no pasará meg, te lo juro que no, mi plan es muy distinto al de nick, yo solo quiero que esos idiotas paguen por lo que le hicieron a Nicolás.—Si voz comenzó a quebrarse.

—No vamos a volver a meternos en esa clase de problemas, por favor megan, recuerda lo que nos hicieron sufrir.—Se alejó un poco de mí para poder mirarme a los ojos.—Nos mandaron a la cárcel, mataron a nick y Emma, te alejaron de Tom y de los chicos.—Agregó.

—Nosotros mismo nos lo buscamos.—Trataba de sonar segura de mi misma, pero no puedo.

—Todo volverá hacer como antes, solo que sin nick.—Seco sus lágrimas.

—No pienso meterme en eso.—Exclamé.

—No lo harás, solo quiero tu apoyo, tenía que decírtelo antes de que te dieras cuenta por otra persona.—Añadió.

—Que piensas hacer.—Pregunte.

—No pienso tocar una sola pistola, tengo un pequeño contrato con la policía, algunos de ellos estarán infiltrados, después no se, aún no hemos tenido tiempo de pensar bien el plan.—Añadió.

—Entonces porque dijiste que no puedo dejarte solo en esto, pensé que te referías a que me metiera en eso.–Dije.

—Solo quiero que me estés apoyando mientras yo esté allá, quiero que estes rezando por mi.—Agregó.

—Siempre lo eh estado Esteban, eres mi única familia.—Acaricié su mejilla.

—¿Entonces que opinas?—Pregunto.

—Opinó que es una mierda de locura, pero estaré apoyándote en todo.—Respondí.

...

Lo bueno esque la policía está involucrada en todo esto, pensé que mi hermano volvería a cometer otro grave delito. Ahora se me facilita más la vida.

—Que papel tomas tu.—Pregunte a mi hermano.

—Soy la carnada.—Respondió.

—Dios mío..—Comenzaba a estresarme nuevamente.

—Pero la policía estará cuidándome la espalda, y si algo me pasa te darán diez millones de dólares a ti.—Rio.

—Estas demente si crees que eso arreglará todo.—Le regañe.

—Todo estará bien meg, descuida.—Acaricio mi cabello.

—Cuídate mucho .—Exclamé, el asintió lentamente.

—Te mantendré en contacto, te amo.—Beso mi frente.

—Yo te amo mucho más.—Dije, el asintió nuevamente.

Me encontraba en el aeropuerto despidiendo a mi hermano, quien va directo hacia Los Ángeles junto a un montón de policías.

Aproximadamente llevo en México una semana, Bill y yo rentamos un pequeño departamento donde nos instalamos ambos, no le conté a Bill sobre lo que Esteban estaba apunto de hacer, según mi hermano es un secreto que solo podemos saber el y yo.

—Donde iremos en vacaciones.—Preguntó Bill mientras íbamos saliendo del aeropuerto.

—No se, donde quieres ir.—Respondí y pregunte.

—Que tal...–Pensó.—!Brasil!—Grito.

—¿Brasil?—Repetí sus palabras.—!Me gusta, nuestra próxima parada será Brasil!—Ambos comenzamos a reír y a saltar de felicidad.

...

Así como lo dije, han pasado dos semanas desde que mi hermano se fue, Bill y yo llevábamos dos días en Brasil, todo aquí es maravilloso, sus culturas, sus monumentos, las personas, todo es increíble.

—Rio de Janeiro, siempre quise estar aquí.—Exclamó Bill yendo adelante mío, mientras fotografiaba al Cristo Redentor.—Todo aquí es Perfecto, ¿no meg?—Pregunto, pero no hubo respuesta de mi parte.–¿Megan?—Volteo a verme.

—Aa, si todo es muy bonito.—Sonreí.

—En que estás pensando.—Pregunto, yo forcé una sonrisa.–O en quien.—Frunció el ceño.

—T-Tom.—Respondí.—No paro de pensar en él desde que llegamos aquí, cuando estuvimos juntos nos prometimos venir aquí, y al hacerlo tú y yo, ese momento revivió, pero siento que algo más lo hizo.—Exclamé.

—Tal vez fueron...—Sonrió.—¿Tus sentimientos por Tom?.

—¿Tu crees?—Voltee a verlo.

—Claro que si, tú amas a Tom meg, y ese amor nunca ah muerto.—Agregó.

—Tal vez sea verdad.—Observe el cielo.—Aún amo a Tom.—Sonreí.

Y yo a ti...—Una tercera voz se unió a nuestra conversación, la voz de una persona muy importante para mi.

ROGAR VOL2|| TOM KAULITZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora