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Sus ojos observaban a través de los lentes al joven sentado en su sitio conversando con el pelinegro, mirando fijamente sus expresiones y movimientos al intercambiar palabras que a lo mucho eran breves respuestas, como si se dedicará a sólo escuchar e intercambiar una vaga opinión; no parecía distinto a lo habitual que veía en sus clases, ambos siempre eran muy unidos y de vez en cuando al murmurar miraban hacia él –podía sentir su penetrante mirada todo el tiempo–, algo que desde ésta última semana no sucedía.

Tomás era distinto, más distante, no como lo era habitualmente con todos a excepción del más alto o con él a través de sus coqueteos. Ahora evitaba conversaciones innecesarias o interacciones al azar, sobre todo con él, y el castaño odiaba admitir que eso lo carcomía y desesperaba en demasía, porque ya estaba acostumbrado a su constante interés.

No podía entender qué había sucedió desde aquella charla en la cafetería, las palabras se repetían en su cabeza, pero no les hallaba el sentido de ninguna manera, tampoco podía ir a preguntárselo porque lo ignorarla como las últimas diez veces que lo intento, la última se había sentido hasta como una amenaza con su expresión frívola y desintegrado. Tampoco podía preguntarle a Buhajeruk, seguramente le sugeriría que hablara con Tomás.

Acarició su entrecejo fruncido, haciendo una mueca por el dolor de cabeza que le recorría después de tanto pensar.

—No te entiendo. —murmuró.

La campana sonó y todos pronto empezaron a guardar sus pertenencias para retirarse del lugar, algunos se despidieron y otros solo se marcharon en silencio como costumbre, pero su atención no se fijó en nadie más que el de cabellos cafés. Lo observó cruzar frente a su escritorio siendo abrazado por los hombros y tuvo la intención de detenerlo, hasta se puso de pie y estiró su mano para tomarlo, pero el cuerpo no se movió más allá, dejándolo salir mientras las palabras quedaban estancadas en su garganta.

—Ugh. —frustrado como la mierda agitó con la mano su cabello castaño, desordenándolo. Tomó su notebook y la metió en su bolso sin dejar de murmurar cosas incoherentes entre dientes, frunciendo el entrecejo.

Salió del aula unos segundos después, luego de asegurarse que no quedaba nadie. Tomó el camino a la salida de la instalación, ya que habían finalizado las clases, pero sumido en sus pensamientos se tropezó con un cuerpo más grande que el suyo, casi cayéndose.

—Perdón, no me-

—Disculpe, señor Carrera, no lo vi. —aquella voz y acento le resultaron familiar—. Además parece muy distraído.

El castaño levantó la mirada luego de limpiar con la mano su traje del polvo invisible, lleno de sorpresa al reconocer esa cabellera rubia tan llamativa.

—¿Vos qué haces acá? —indagó alzando su ceja, incrédulo de que hubiera venido a verlo en la universidad, cosa que había dejado de hacer hace un año, cuando el mayor empezó a recibir rumores tontos de que salía con una universitaria en las redes sociales.

—¿No puedo venir a visitar a mi más querido amigo? —preguntó dramáticamente, sin que le importara mucho que lo estuvieran viendo.

Llamaba demasiado la atención y no solo por el color tan brillante en su cabeza, sino por el acento español que tenía y su estúpida cara, ¿quién no podría reconocerlo? Salía en todo tipo de programas de entrevistas luego de su explosión de fama en las redes sociales.

¿Cómo se había librado de su manager para venir hasta ahí? Estaba loco.

—No —lo tomó del brazo, llevándolo consigo a la salida del establecimiento con prisas, no quería tener problemas. Al tomar el ascensor que llevaba al estacionamiento subterráneo y de asegurarse que estaban solos, lo soltó—. ¿Qué hacés acá? —volvió a preguntar.

—Me tome unas vacaciones —respondió de mala gana. Rodrigo lo trataba como un niño cuando era mayor que él—. Pensé en venir a recogerte para que fuéramos a beber, ya que pase mucho tiempo fuera del país.

Espero un reproche por su negligencia, pues sabía que fue impulsivo, pero no llegó nada, solo hubo silencio por unos segundos.

—Bien, vos pagas todo.

PIROPOS   𝑓𝑡.  rodrimásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora