PIROPOS 𝑓𝑡. rodrimás

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Tomás venía saliendo de su examen oral con cara de pocos amigos, frotándose la cara del cansancio y oyendo su estómago rugir por el hambre, de nuevo se había saltado comer en su casa por no llegar tarde. Había estudiado toda la noche para faltar o que le anularan el examen por algo tan estúpido.

Las últimas semanas se había descuidado lo suficiente, físicamente, como para notarse su rostro demacrado y cansado, preocupando a su madre e Ivan, quien le pedía cuidara más de su salud, porque de nada le iba servir que pasara la materia si iba a colapsar.

—¿Cómo le fue, joven Arbillaga?

Pegando un pequeño salto del susto, giró su cara, encontrándose con el castaño saliendo del aula con unos folders en su mano.

—Mh, bien, supongo —acomodó su bolso—. Aunque eso solo lo sabrá luego de calificar el examen.

—Mh-hm. —afirmó. Estaba esperando que le diera algún piropo como siempre, pero hasta ahora no lo hacía, algo que ya era extraño, el castaño se había acostumbrado a esperar un comentario coqueto cada día.

Rodrigo observó detalladamente el tatuado y se quedó mirando fijamente en su rostro, con preocupación por verlo tan cansado.

¿Le estaba exigiendo demasiado?

—¿Ha dormido bien?

Arbillaga alzó una ceja con incredulidad, ¿se estaba preocupando por él? ¿el profesor que solo le preocupa las notas de los estudiantes y su reputación? Eso si que era una sorpresa para Tomás, si lo contaba a alguien, ninguno le creería realmente.

—¿Por qué te interesa? —cuestiona sin una pizca de vergüenza—. Pensé que a vos —lo señaló—, lo unico que te importaba eran las notas.

—No soy un desalmado, joven Arbillaga.

—Ah, ¿de verdad? —dice con tono irónico—. Supondre que tenes razón.

El mayor rodó los ojos, disimulándolo con un suspiro.

—No me respondiste.

—No. No he podido dormir bien, porque para su información, tengo que estudiar mucho, y prepararme para exámenes mientras que me toca terminar dos ensayos por semana. —le responde sarcástico, mirando los ojos verdes del castaño fijamente.

Y Carrera se sonrojo, desviando la mirada a otro lugar.

Al parecer sí les exigía mucho.

—Pero no se preocupe. —Tomás comenzó a caminar lentamente—. Es su trabajo enseñar a sus estudiantes.

Poco a poco, Tomás se fue alejando de él sin dejarle responder algo al respecto, pero él se detuvo en medio del pasillo, girándose sobre sus talones, viendo a Rodrigo de pie justo en el mismo lugar en que lo dejó.

Los labios delgados y rosáceos del menor se curvaron en una sonrisa coqueta, mirando de forma lenta todo el cuerpo atractivo de aquel hombre. Hoy se veía realmente bien con sus cargo y su hoddie, tan juvenil y sexy; aunque a él no le quedaba nada mal, hasta si usaba una remera negra y un Jean, él lo hacía ver perfecto en su cuerpo.

El mayor no podía pasar desapercibido que su alumno siempre lo miraba, detallando sus atuendos todo el tiempo, y quizas por eso en las últimas semanas ha comprado ropa para vestirse más lindo. No pensaba admitirlo.

—La única ventaja de esto, es que no tendré que esperar a la hora de dormir para tenerlo tan cerca de mi.

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ઇઉ⠀© HEARTOM.

a veces no sé qué actualizar en esta cosa, así que xdón si es una poronga :P