Olivia y Castiel fueron víctimas del verdugo más letal y despiadado. El gran némesis del primer amor.
"Crecer."
Caminos y metas diferentes, una gran brecha separaba sus destinos...
Al menos por un tiempo.
Un feroz reencuentro de algo que hace mucho...
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Una palabra equivocada ahora podría significar acabar con mi cordura y honestamente no sabía si aún la tenía.
Minutos que se sentían como horas, segundos que pesaban como minutos y un silencio ensordecedor capaz de aplastarnos era lo único que nos separaba.
Creo que en nuestra lejanía de unos escasos centímetros de sillón comprendíamos que esto acabo con lo que sea que éramos.
Me desconocía y a él también.
Solo fuimos como unos míseros animales, presos de sus impulsos y segados por la lujuria, pero... ¿Qué quedaba después de eso?
Por qué yo me sentía ultrajada, robada de algo que no sabía que tenía. Pero no comprendía él qué.
Tratar de disfrazar esto como simplemente sexo casual sería mentirnos a nosotros mismos de la peor manera posible y no era como si yo me quisiera mentir y estaba segura de que él tampoco, pero no sé si ambos estábamos en la misma línea.
Una amenaza silenciosa, sí, eso era.
Solo que de parte de quien... aún no lo sé.
Vislumbrar el basto plano frente a mí, donde se esparcían cientos de edificios, era lo único en lo que podía concentrarme, mi respiración ahogada palpita en mis oídos como un recordatorio constante de lo que acabo de cometer.
Hoy podía decir que muchas cosas estaban al revés, no era algo esperado para mí en ningún sentido, ¿acaso debería tenerlo? Todo esto era tan ajeno, tan impropio de mi persona.
Talvez era por lo trombólico de la situación o por cada una de las decisiones que tome en los últimos minutos, que claramente en un día normal, en situaciones normales, no estarían ni siquiera en el repertorio de mis opciones.
Pero hoy, indudablemente, no era un día normal.
Por lo tanto, sería muy idiota de mi parte, hoy al ser un día tan poco normal, echar para atrás después de todo lo ocurrido. No era el momento de desaprovechar esa valentía tan repentina que se había apoderado de mí para dar un paso adelante. Es por ello que sin pena ni gloria me atreví a algo de lo que tanto tiempo hui.
— "Fui capaz de llegar tan lejos como me lo permitieras." Esas fueron tus palabras — rompí el silencio, silencio que parecía inquebrantable. Sin mirarlo y sin tampoco querer hacerlo, continúe. — ¿eso fue real? — tal como no pensé en nada, precisamente al decir dichas palabras, tampoco esperaba mucho como repuesta.
—Lo fue. - su repuesta no se hizo esperar, aunque parecía más para sí mismo, fue lo suficientemente alta para escucharla a la perfección. Una risa amarga sale de su parte,—¿Cómo no iba a serlo? — suena tan frío que me hace helar la sangre.
