Capítulo 19

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Castiel

Es el quinto cigarro que llevo en la última hora, ya ni siquiera quiero recordar todos los que del día y lo único que se me pasa por la mente es su maldita voz diciéndome que no debo hacerlo.

Joder.

Todo se había ido a la mierda hoy, y me siento un estúpido imbécil al no poder hacer nada. Ni siquiera he sido capaz de hablarle hoy ¿Cómo iba a hacerlo después de todo lo que paso? Intentaba buscar una respuesta para eso, pero, no la tenía.

Mi primer impulso al ver todo lo que se había desatado fue llamar a esa insoportable amiga suya y llevarla hasta su puerta, no me importo tragarme mi puto orgullo, porque sorprendentemente gracias a Hanna logre saber más información de Olivia hoy, que desde hace una semana. Esa terca mujer que no me había respondido ni un maldito mensaje en toda la semana.

Odiaba pensar que por culpa de todo esto pudiese hacerse daño, mierda no.

Me sentía jodidamente culpable, no sabía que toda esto iba a explotar por ese lado, me maldije mil veces y contando por no decirle todo de una jodida vez, ahora ella era el foco. Y conocía perfectamente quién era el responsable de todo.

No sé cómo me controlaría esta noche, no sé cómo no iba a mandarlo todo al demonio.

Ese hijo de perra sabía siempre por donde atacar y estaba más que seguro que este no estaba ni cerca de ser su último movimiento.

— Joder, pensé que la última vez que te volvería a ver con traje sería en tu funeral — diviso como Jason entra en el vestidor a través del espejo, este solo me observa sin más, no agrega más, el momento no da para otra cosa.

Creo que hasta yo pensaba lo mismo y me hubiera reído en otro contexto.

Pero las últimas horas han sido asfixiantes.

— Son unos premios, supongo que es lo mínimo. — suelto secamente y me encojo de hombros sin mirarlo. Recuerdo haber estado nominado un par de veces, pero nunca había asistido.

Este solo ríe.

— Como si eso a ti te importase. — bufo ante su acotación, el timbre de la habitación del hotel suena justo antes que pueda replicar. Jason me observa curioso y luego se dirije a la puerta.

Segundos más tarde, el cuerpo de una Angeline embutida en un ajustado vestido negro largo que no deja mucho a la imaginación, se manifiesta, junto con su representativa sonrisa.

Su mirada no se avergüenza en darme una ojeada detallada antes de mirarme de vuelta.

— Maldición que te ves ardiente con ese total Black. Deberías seguir mis consejos de moda más seguido. — ruedo los ojos casi en el instante.

— No creo que vestir todo de negro sea algo muy complejo.

Se me acerca y me ajusta del saco.

— No, si no sabes como, — respira profundo y desvía sus ojos a la ventana. — debes mantenerte sereno hoy.

Destellos de Voz | Castiel CDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora