Capítulo 17

149 27 5
                                    

Decir que todos mis pensamientos fueron un charco borroso de emociones después de marcharme de aquella conversación era poco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Decir que todos mis pensamientos fueron un charco borroso de emociones después de marcharme de aquella conversación era poco.

Al llegar a casa y lanzar mis pertenencias donde tuvieran lugar, como una total automata, me dirigí a la cocina y en menos de un segundo todos los utensilios que se encontraban sobre en el mesón terminaron en el suelo, provocando un ruido absolutamente ensordecedor.

No veía nada.

No podía.

Mis palmas temblorosas fueron lo último que vi con claridad antes que mis ojos se enpañaran. Sin previo aviso, mis rodillas se chocaron con la fría superficie de suelo.

Y el grito que salió de mis labios, que casi desconocí como propio, fue ensordecedor. En parte fue por el dolor que me embargo al clavarme trozos de cristales al caer, pero estaba tan sedada con el tornado que estaba teniendo lugar en mi interior que apenas era consciente de las sensaciones físicas de mi cuerpo.

Era una rotunda idiota.

Lo era por ser tan susceptible, lo era por permitir que esto me afectara tanto, lo era por ser una puta inmadura que no sabía lidiar con el maldito rechazo, lo era porque a la mínima que algo no salía como quería perdía el juicio, lo era, claro que lo era.

Siempre lo había sido...

Y era lo que más me jodía de todo esto, ya que era la única que caía una y otra vez. Sabía que solo yo estaba tan superada con esto, que era capaz de perder hasta la cordura solo con unas pocas palabras de su parte.

Me veía en este maldito cuadro y solo podía sentir pena de mí misma.

Castiel solo velaba por sus intereses, no más que eso y me estaba quemando por dentro. Todo esto simplemente era un maldito negocio, más nada.

¿Pero podría culparlo?

Joder... ¿Acaso me estaba planteando eso?

Era su puta imagen la que estaba en juego y yo simplemente era... yo.

Un fantasma del pasado.

Varias lágrimas corrieron por rostro.

No tuvo intenciones de sacar a flote absolutamente nada de lo acontecido ayer y no había señal más clara que esa. Esperaba más, no me iba a mentir a mí misma, obvio que quería más.

Y él solamente...

Estaba haciendo lo que en algún momento tanto le recrimine no ser.

Estaba siendo egoísta.

Y lo estaba haciendo muy bien.

Castiel

— Whisky... ¿No es demasiado fuerte para cerrar un negocio? — los penetrantes ojos negros frente a mí examinaron el vaso de vidrio grueso al que le di un sorbo bastante generoso. Su postura era ligera, pero sabía muy bien que cada una de sus palabras estaban siendo medidas con regla. Todo eso mientras jugaba con la copa en su lado de la mesa.

Destellos de Voz | Castiel CDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora