Destinados a brillar

Me llama algo la atención

Mi vida diaria suele ser muy repetitiva, sobre todo mi rutina de lunes a viernes.

Me levanto aproximadamente a las ocho de la mañana y tengo veinte minutos para ponerme el uniforme, peinarme y desayunar.

No es tan sencillo, llevo falda  con medias o calcetines (según el tiempo) y añado que tardo mucho en ponérmelo porque estoy medio dormida, sobre todo las medias, tengo el pelo largo, rizado y por la raíz, lo tengo rubio oscuro y luego por abajo rubio claro, por si alguien lo duda (mucha gente pero me da igual ) mi pelo es natural y quien tenga el pelo rizado me entenderá, tienes que mojártelo muy bien para después meterte el peine para luego no parecer un león, por eso casi nunca me da tiempo ha desayunar  y dirás, pues levántate antes, ¡No odio madrugar!.

Cojo el autobús y voy al instituto y es solo de chicas, no es que me desagrade pero tampoco me agrada.

Tengo varias amigas y un solo amigo (que prácticamente me escribió en verano, comenzamos a hablar y por eso somos amigos y va al colegio de chicos de en frente del mío). No tengo más porque no socializo nunca y las pocas veces que lo he hecho me he encontrado a gente aún más rara que yo, así que paso, gracias.

Me gusta ser una antisocial con unas pocas amigas, igual de antisociales que yo e igual de raras, pero al menos somos buenas personas y nos queremos, apoyamos y sobre todo respetamos, tengo que añadir que muchísima gente nos cae mal pero al menos en nuestra defensa diré que nos molestamos en conocerles bien y ya luego juzgamos.

Por la tarde me suelo bajar en mi parada, como todas las semanas, días y años anteriores. Siempre suelo ir en mi mundo, con los cascos y escuchando a Taylor Swift, pero ese día por alguna extraña razón me fijé en la parada de en frente de la mía y fue en ese instante cuando lo vi.

En mis auriculares está sonando Enchanted de Speak Now uno de mis álbumes favoritos y no sé si es destino o casualidad o ambas, pero cuando lo veo suena "I was enchanted to met you", el resto de la letra no la escucho, solo puedo estar pendiente de el chico sentado en el banco, con la mirada fija en su móvil, de pelo ondulado y negro perfecto ,de largo justo por la oreja, mandíbula marcada, piel muy pálida, labios de un color natural rojizo, su cara es literalmente como si fuera de un modelo.

Es el chico más guapo que he visto en mi vida, seguro que es un idiota.

Como todos los chicos

Lleva  unos vaqueros negros y una camisa blanca.

Me quedo observándolo y menos mal que no soy la única, algunas chicas le miran e incluso algunas le sonríen al pasar por su lado pero él o no lo sentirá o está ignorando la situación.

Yo estoy en la otra acera, frente a  él mirándole  sin poder apartar la mirada y de repente veo como levanta la cabeza y nos quedamos el uno al otro mirándonos, cada uno siendo consciente de la situación, podría parecer incómoda pero es como si fuéramos dos personas conocidas en un pasado, dos almas que se vuelven a encontrar tras años de haberse estado buscando.

Ambos hemos roto el contacto visual casi a la vez, él porque ha aparecido otro chico que debe de ser su amigo y yo porque justo me está llamando mi madre.

Esos cuatro segundo que ha pasado todo esto han parecido eternos pero a la vez han pasado más rápidos que una estrella fugaz.

Esos segundos han sido raros pero sin duda los volvería ha repetir.