Piezas derramadas

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"Tengo que pensar" fueron las últimas palabras que le dije a Nathan antes de irme de su casa, ¿Pensé? La respuesta es sí pero estuve como varias semanas bloqueada, dos opciones dejarlo (que no en realidad no era una opción) o continuar, la verdad que parecía bastante arrepentido y le quiero un montón pero... en el fondo fue difícil. La parte buena, más o menos, es que Nathan me dejo mi espacio, no me llamo, bueno si que lo hizo pero de verdad que al hablarlo con él entendió que necesitaba tiempo para pensar. Estoy segura de que jamás la hubiera besado estando conmigo pero una pequeña parte de mi, al insegura desconfía porque ella es mil veces mejor que yo.

Le conté a Kelly mi situación,  acabó siendo mi psicóloga pero una versión algo agresiva y su conclusión fue que para ella ningún chico nos merece, eso es lo que me gusta de Kelly, está un poco loca pero cada vez que la necesitas está para ti.

Quedamos un día en su casa para estudiar y no sé cómo pero acabamos encima de su cama boca arriba, ella fumando y yo riéndome de sus chorradas. Al final su solución fue en ir a la casa de Nathan y tirarle huevos y globos rellenos de pintura, bueno lo de los huevos fue mi idea pero la pintura de Kelly.

También Nathan necesitaba tiempo para reflexionar y en pleno segundo bachillerato decidió pirarse a Texas, que envidia. Como comprenderéis a Alberto y a Grace no le hizo mucha gracia y bueno no le pagaron el viaje se lo pagó Nathan. Grace al final acabó desistiendo porque es un cabezota de mierda pero Alberto, se olía que era por mi culpa y bueno, me llamo bastante furioso y me decía cosas como "Te dije que lo que necesitaba era concentración y estás haciendo todo lo contrario", "por tu culpa mi hijo está así", "le estás arruinando su vida, lárgate de una vez", "eres una maldita cría que lo único que quiere es atención y acostarte con alguien para eso contrátate a alguien" por más que me intentara guardar mi enfado y no decirle lo que realmente pensaba, el señor acabó agotándome la paciencia con lo último y bueno, le dije que... ya sé que está mal pero no consiento que nadie me llame así, le contesté furiosa "mira Albertito, tanto dinero y no tienes cerebro, haber si vas a trabajar tú de lo que dices que contrate para pasar el rato y nos mientes yendo de jefe corrupto" Vale, no me juzguéis por llamar Albertito a mi suegro y dos por decirle que era Gígolo y que nos mentía, ¡Perdón! No sé ni cómo le voy a mirar a la cara. Claro está que después de esto soltó un gruñido y yo colgué.
 
A mediados de octubre Nathan volvió y lo logramos solucionar, con James también pero porque necesita ayuda y más por lo que pasó en especial esa noche, fue justo cuando vino Nathan de sus pequeñas vacaciones y quedamos para hablar.

—Hola

—Hola, Narel

Nos quedamos mirando el uno al otro y volví a hablar yo para intentar romper la tensión

—Has cambiado físicamente desde la última vez

—Seguro, para bien— me saca una sonrisa sarcástica y niego con la cabeza

—Por lo que veo no has cambiado en humildad— suelta una breve risa

—He tenido tiempo para reflexionar

—Y yo para pensar

—Si quieres que lo dejemos lo entiendo, la líe no yendo no debí haber dejado que Abril me convenciera para quedarme con ella

—No quiero dejarlo— me muerdo el labio inferior y veo como su mirada pasa a calma y a tranquilidad

—Gracias

—Eres un buen amigo, dijiste que estaba mal y bueno, yo hubiese hecho lo mismo si alguna de mis amigas hubiera estado mal pero te habría llamado

—Lo hice muy mal— se le ve muy arrepentido

Destinados a brillarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora