Entre microscopios

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Me pongo mis característicos aros grandes plateados, ¿Alguna vez he dicho que no tengo estilo? Visto con todo tipo de ropa ya que solo hay una vida y vestir con un solo estilo es un poquito aburrido, ¿No crees? Pero si tuviera que elegir un estilo con el que voy normalmente es el pijo, soy un poco pija, que esperas de una chica que duerme con antifaz por las noches porque no consigue dormir con luz.

She's Not Afraid de One Direction comienza a sonar en mi teléfono mientras me doy los últimos retoques.

Me pongo mis botas de cowboy blancas, voy con una falda dorada corta y pegada y en la parte de arriba con el body negro de antes. Me miro en el espejo, me coloco el pelo, me miro en el espejo para ver si tengo que mejorar algo y de momento veo que está todo muy bien así que me sonrío por mi trabajo como estilista. Suena el timbre y me voy a mi habitación para coger mi bolso rojo mientras paro la música.

—Todo muy bien, ¿Vosotros que tal?

—Me alegro mucho, muy bien también— mi madre y mis abuelos están hablando con Nathan

—Hola— les saludo

—¿Ya estás?— me miran todos y mi madre se dirige hacia mi

—Si— sonrío

—Estás guapísima— me mira Nathan sonriendo suavemente y yo me vuelvo como el color de una salsa picante radiactiva rojiza

—Gracias, tú también— le contesto y le sonrío

—La verdad que estás muy guapa— me dice mi madre también

—Mira así deberías ir siempre que vas muy guapa— continúa mi abuela

—La faldita tiene que ser más larga que está muy corta y los indeseados—mira a Nathan con los ojos entrecerrados— se les va la mirada— suelta mi abuelo y mi abuela y mi madre se miran entre ellas, soy incapaz de mirar a Nathan pero digo que tiene una mirada divertida mientras me observa porque notaría sus ojos puestos en mi hasta bastantes metros de distancia.

—Tienes mucha razón pero no da tiempo porque Grace nos va a matar— digo nerviosa porque tengo miedo de que mi abuelo interrogue a Nathan

—No se preocupe que yo la vigilo— dice Nathan

—No necesito que nadie me vigile— me cruzo de hombros

—Tu vigílala por si acaso— continúa mi madre

—¡Mamá deberías estar de mi parte!

—Bueno creo que nos deberíamos —interrumpe Nathan, le echo una miradita rápida y está tan guapo como siempre, tiene unos vaqueros azules claros y una sudadera de Star Wars

Mi madre le susurra a Nathan que no haga caso a mi abuelo por lo de antes, nos despedimos de todos y salimos por la puerta.

Me pone un pulgar en la barbilla y yo me pego contra la pared. Se me pone la piel de gallina.

Nathan se acerca a mi y me preparo porque pienso que me va a dar un beso, él se retira divertido y sonriendo de lado

—Nos deberíamos ir— se separa de mi y baja un escalón, yo me quedo quieta frunciendo el ceño— Vamos— me tiende la mano— ¿Qué?— sigue divertido porque yo no sé lo doy. Él sabe perfectamente lo que pasa pero quiere escucharme decirlo. Como yo no tengo dignidad se lo digo

—¿En serio me vas a dejar así?— susurro por si mi madre y mi abuela siguen escuchando

Paranoica

Destinados a brillarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora