Me gusta pasar tiempo contigo

157 26 22
                                    

-¿Qué?
-Si te vienes a dar una vuelta- dice divertido
-¿Ahora?
-Si
-¿Y James?
-Date la vuelta- dice con las manos metidas en los bolsillos del pantalón negro vaquero
Al girarme veo a James liándose con la chica y mejor no interrumpirle ya que se le ve muy concentrado
Pongo cara de asco- ¿De dónde las saca?
Nathan se ríe- del instituto, calle, discoteca...
-Ya veo
-¿Bueno seguimos aquí parados viéndoles o nos vamos?
Sonrío- vale, vamos a mi casa
Sonríe mientras sube y baja las cejas- ¿Así que quieres ir rápido?
-¡Eres insoportable!- le empujo por el hombro- yo subo y tú te quedas abajo
-Y yo que ya me había hecho ilusiones- se ríe por lo bajo
-Pues deja de hacértelas
-De momento- vuelve a subir y bajar las cejas
-¡Nathan!
-Vale, vale- levanta las manos y empiezo a caminar -¡Espera!- dice gracioso
Y mientras  caminamos hacia mi casa no he podido evitar sonreír un poco.

-Vale,  hemos llegado- Señalo mi edificio
-¿Segura que no quieres que suba?- vuelve a subir y bajar las cejas con esa sonrisa que me vuelve loca
No me molesto en contestarle y mientras me dirijo a mi puerta con una sonrisa
-¡Sé que estás sonriendo!- se vuelve a reír en voz baja
Igual, no le contesto, en cambio sin girarme le saco el dedo y él vuelve a reírse tan sexy como siempre
Me giro un momento- No tardaré- alzo un poco la voz
-Más te vale o no te volveré a sorprender
-Claro
Subo las escaleras básicamente corriendo, saco la llave y abro la puerta, entro y saludo a mis abuelos que están sentados en el sofá y antes de que me vuelvan a preguntar del ¿Por qué? Les digo "otra vez la misma niña ha llegado tarde" no les doy tiempo a contestar porque les digo rápido "me voy a cambiar porque cuanto antes me vaya antes volveré"
Me cambio en tiempo récord y bajo prácticamente corriendo. Nathan está sentado en el banco de en frente de mi casa pero cuando escucha la puerta abrirse sube la mirada (estaba con el móvil) y me dedica una sonrisa
Me repasa con la mirada -¿Vamos a hacer deporte?
Me miro buscando alguna imperfección en mi ropa de deporte, él lo nota y dice rápido
-Tú ropa está bien, bastante bien, sobre todo las mayas- se queda mirando mis pantalones
-¿Entonces?- vuelve a mirarme mis ojos marrones
-Que no te veía una chica que siempre vistiera de deporte
-Y no lo hago
Al ver que no dice nada vuelvo a hablar
-Mia abuelos están en casa, si me cambio a unos vaqueros y una camisa que no sea de deporte me harían preguntas y como casi siempre voy a correr por las tardes al volver, me ahorro preguntas
-¿Y si les dices que te vienes con un chico muy atractivo?
-¡Nathan!
-¿Qué?- se ríe
-¿Quieres que les diga que me voy con un chico al que apenas conozco?
-Bueno así me vas presentando a tu familia- sube y baja las cejas
-Nathan, hablo enserio- pongo mis brazos en jarras
-Y yo- dice divertido
-¡Nathan!
-Vale- levanta las manos mientras se ríe
Como antes habíamos estado hablando y entre que me cambiaba y todo eso ya eran y cuarenta y cinco y Nathan empieza el fútbol a las seis no era que me apeteciera especialmente despedirme, así que disimuladamente le dije
-Nathan son y cuarenta y cinco
-¡Ya!, que rápido se me ha pasado el tiempo
-Ya, a mi también-silencio
-Eh- decimos a la vez- le suelto una risa nerviosa- Habla tú primero
-No, da igual ,¿Qué ibas a decir?
Me pongo roja y suelto otra risita nerviosa, él se da cuenta y obvio que al ver mi reacción ya no va haber posibilidades de que hable el primero y enarca una ceja.
-Bueno- intento buscar mis palabras- eh, bueno
-Si
-No, da igual, olvídalo- vuelvo a reírme nerviosa
-¿Narel?
"Deja tu orgullo a un lado"
-Eh-¿Por qué es tan difícil decirlo?- ¿Quieres que te acompañe a fútbol?
No me perdí ningún detalle de su reacción y como no por cómo reaccionó no se lo esperaba para nada
-Ricitos, ricitos, ricitos, por lo que veo te gusta pasar tiempo conmigo- otra vez tiene el brillo de diversión en sus ojos
Ahora era yo la que no se esperaba esa respuesta y como no me he puesto como un tomate.
-Por tu cara, no te molestes en responderme, ricitos
-Que no se te suba el ego, creído - mi comentario hizo que volviese a sonreír, cada vez odiaba y a la vez me gustaba más esa sonrisa.
En el trayecto fuimos charlando mucho y tuvimos la oportunidad de conocernos más mutuamente, no va en esta ciudad al instituto, también le gusta viajar y casas así, sencillas pero puedes ir descubriendo cómo es realmente una persona. El camino se me ha hecho cortísimo y cuando estamos justo en la puerta teníamos que despedirnos
-Bueno, me ha encantado este paseo la verdad, me lo he pasado muy bien Nathan
-Sí, la verdad que yo también
Miro a mi alrededor y veo como los otros chicos o se despiden de sus padres o entran con ellos, como nosotros estamos en la puerta nos saludaban y a mi me miraban extrañados
-¿Nathan?
-¿Si?
-La gente está entrando ya- silencio- creo que es hora de que me vaya
-Si, debería ir entrando ya- se gira para ver la puerta
No sé qué decir no se me dan bien las despedidas, siempre que intento despedirme de alguien parece que me cae porque me despido súper borde sin ser mi intención.
Nathan vuelve a mirarme, esa mirada derretiría el polo norte
-Bueeeeno, adiós, hasta mañana- silencio- Nathan
No he soñado muy borde, creo
Me doy la vuelta para marcharme y de repente noto que me sujetan suave del brazo.
-Espera Narel-suena serio
Un momento, me acaba de llamar por mi nombre y no ricitos, ¿Qué he hecho mal ahora?,¿He sonado borde, muy borde?
Me giro hacia él asustada y el al ver mi cara de espanto añade rápido
-¿Quieres entrar?- por su cara no me está vacilando
¡¿Cómo?!
No respondo solo me limito a procesar la información
-¿Te apetece?
-¿Y tú familia?
-¿Mi familia?- vale, no se esperaba esa pregunta
-Si, no les va a parecer raro que una chica que no conocen de nada, vaya a un entrenamiento de su hijo?
-Narel, no te preocupes, mi familia no viene a mis entrenamientos, solo a algún partido, si pueden
-¿No van a tus entrenamientos ni partidos?
Al ver que mis tíos siempre van a los entrenamientos y partidos de mis primos me pareció raro pero parece que el está acostumbrado a que no vayan
-No, mi padre siempre está trabajando y mi madre dejó de trabajar para estar con nosotros y cuidar sobre todo de mis hermanos pequeños Autumn y Austin- me sorprende que no le de importancia- ¿Y entonces?
-Vale- su mirada se ilumina
-Bueno, entonces vamos que son casi las seis y aún me tengo que cambiar- sin esperármelo coge mi mano, puedo jurar que en ese mismo instante sentí como mi estómago se encogía y se me hacía un nudo en la garganta. Cuando estamos a punto de entrar me da en la cara un golpe de realidad.
-Nathan- por mi tono de voz al mencionar su nombre sabía que algo no iba bien
-¿Qué pasa.
-No puedo entrar contigo- su cara me transmite preocupación y no entender absolutamente nada
-¿Por?
-Acabó de caer en la cuenta de que no estoy sola en casa
-Ya veo- empieza a entender por donde va a llegar el asunto
-Nunca me he ido más de dos horas a correr y entre que llego tarde y si hoy tardo casi dos horas y media corriendo van a saber que algo ocurre- puedo afirmar que nuestras caras de decepción se podían ver a lo lejos, la suya porque no iba a entrar con él y la mía porque no iba a poder pasar más tiempo con él.
-No te preocupes, lo entiendo
-Si no es hoy otro día, de mi no te vas a librar tan fácilmente una vez que me has invitado- digo con humor, él sonríe y agrega
-No te preocupes ricitos de mi tampoco- sonríe y antes de que volviera a hablar me adelanto
-Te tienes que ir ya no queda nadie por entrar
Vuelve a sonreírme- adiós ricitos
-Adiós estúpido - sonrió por última vez y entró por la puerta

Destinados a brillarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora