16. Dolor

1.4K 193 13
                                    

16. Dolor

— La primera pregunta que debemos de contestar es: ¿Qué es un Boggart?

Hermione levantó la mano, seguida de Harry y Neville.

— ¿Sr. Longbottom?

— E-Es un ser que c-cambia de forma, señor... —dijo—. Puede tomar la forma de aquello a lo que uno más teme.

— Yo no lo podía haber descrito mejor, Señor Longbottom, 5 puntos Griffindor —Lupin felicitó— El Boggart que está ahí dentro, sumido en la oscuridad, aún no ha adaptado una forma. Todavía no sabe qué es lo que más miedo le da a la persona del otro lado. Nadie sabe qué forma tiene un Boggart cuando está solo, pero cuando le dejemos salir, se convertirá de inmediato en lo que más temamos. Eso significa —prosiguió el profesor Lupin— que ya antes de empezar tenemos una enorme ventaja sobre el Boggart. ¿Sabes por qué, Harry?

Era difícil responder a una pregunta con Hermione revoloteando fastidiosamente a su lado, saltando de puntillas con la mano levantada.

— Es porque nomos muchos en la habitación, el Boggart no sabrá cual forma tomar.

— Exacto —dijo Lupin. Y Hermione bajo la mano desanimada mientras fruncia el seño al castaño—. Siempre es mejor estar acompañado cuando uno se enfrenta a un boggart, porque se desconcentra. ¿En qué debería convertirse, en un cadáver decapitado o en una babosa carnívora? En cierta ocasión, vi que un Boggart cometía el error de querer asustar a dos personas a la vez y el muy imbécil se convirtió en media babosa. No daba ni una pizca de miedo. El hechizo para vencer a un lugar es sencillo, pero requiere de fuerza mental. Lo que sirve para vencer a un lugar es la risa. Lo que tienen que hacer es obligarle a que adopte una forma que ustedes se encuentren cómica. Practicaremos el hechizo primero sin la varita, repitan conmigo:
¡Riddíkulo!

— ¡Riddíkulo! —dijeron todos a la vez.

— Bien —Dijo el profesor—. Muy bien. Pero me temo que esto es lo más fácil. Como ven, la palabra sola no basta  y aquí es do de entras tu, Neville.

El armario volvió a temblar, aunque no tanto como lo hacía Neville, que avanzaba como si se dirigiera a la horca.

— Bien, Neville —Prosiguió el profesor Lupin— Empecemos por el principio. ¿Qué es lo que más te asusta en el mundo? —Nevilld movió los labios, pero no dijo nada— perdona, Neville, pero no he entendido lo que has dicho —dijo tranquilamente 

— Profesor Snape, Señor.

Casi todos se rieron. Incluso Neville a modo de disculpa. Lupin, sin embargo, parecía pensativo.

— Severus... Humm... Neville, creo que vives con tu abuela, ¿verdad?

— Si, señor... —respondió Neville, nervioso—. Peor no quisiera tampoco que el Boggart se convirtiera en ella.

— No, no. No me has entendido — dijo el profesor Lupin, sonriendo— Lo que quiero saber es si podrías explicarnos cómo va vestida tu abuela normalmente.

Neville estaba nervioso, pero respondió:

— Bueno, lleva siempre el mismo sombrero: alto, con un buitre disecado encima; y un vestido largo... normalmente verde; y a veces una bufanda de piel de zorro.

— ¿Y bolso? —le ayudo el profesor Lupin.

— Sí, un bolso grande y rojo — confirmó Neville.

— Bueno, entonces... —dijo el profesor Lupin—, ¿puedes recordar claramente ese atuendo, Neville?

— Si —Neville asintió, inseguro,bpretinatdose que pasaría.

— Cuando el Boggart salga de este armario y te vea, Neville, adoptará la forma del profesor Snape —Lupin dijo—. Entonces alzara la varita, así,  y dirás el ¡Ridikulus! ¿Queda claro?

Flechas ObsidianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora