Capítulo 9

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Sinceramente, Minho nunca había tenido que lidiar con alguien tan atosigador como lo era Hyungsik. Recordaba a la perfección como el hombre de complexión delgada coqueteaba con Hyunjin nada más conocerlo; sin embargo, cuando su mejor amigo mostró total desacuerdo con el extraño hombre, este no dudó en atacarlo a él.

¿No entendía una negativa por respuesta? No quería acostarse con él, ni mucho menos entablar una relación seria de la que pudiera jactarse a los medios. Al igual que su mejor amigo, él también era una imagen pública para Corea del Sur y, siendo sinceros, lo último que quería era armar un escándalo innecesario.

—Te ves agobiado —le habló su mejor amigo mientras entraban al pasillo donde se encontraban los despachos de ambos.

—Tú extrañamente te ves radiante —Minho miró al azabache mostrando leves arrugas en sus cejas—. ¿Hay algo que debas contarme?

Una vez entraron al despacho de Hyunjin, éste le brindó una copa de coñac y no dudó en aceptarla. Realmente necesitaba sentir como su garganta y estómago se quemaba con aquel líquido.

—Jeongin está viviendo conmigo —dijo el menor de ellos dos, ni siquiera teniendo la compasión de informarlo con anestesia.

Minho juró, que si no fuera por obra divina, le hubiera escupido todo el coñac al rostro. Tosió mirando hacia un costado, por educación.

—¿Qué? —se aclaró la garganta—. Hasta hace un par de días eras un maldito indígena necesitado de aquel muchacho.

Hyunjin rio entre dientes por la comparación que había hecho.

—¿Recuerdas a Chan?

Minho frunció el ceño y su mejor amigo suspiró mientras negaba.

—Pelo castaño, ojos pequeños; no sé... ¿Nariz grande?

Algo se iluminó en su mente.

—¡Lo recuerdo! Realmente atractivo, sí —se burló con intenciones de molestarlo.

—Es mi vecino —informó, claramente quejándose.

—Explícate mejor por qué no entiendo una mierda.

—Bueno, tú sabías que Jeongin empezó conmigo siendo tan solo bi-curioso, pero él no me lo dijo —Hyunjin dejó su vaso de coñac a un costado y se sentó en el gran sillón de cuero negro—. Así que se alejó de mí porque tuvimos ese incidente... tan extraño.

—Extrañamente placentero, ¿No? —decidió burlarse una vez más.

—Imbécil —chasqueó la lengua—. Lo que quiero decir es que Jeongin intentó experimentar con Chan y, bueno, iba bajando del departamento cuando los encontré comiéndose la boca en mitad de la entrada.

Minho realmente podía sentir el aura celosa y furiosa que su mejor amigo estaba desprendiendo en esos momentos, aunque supiera esconderlo de perfectas maneras, sus años de amistad le hacían tener como un sexto sentido masculino que solo servía con Hyunjin.

—Woah, ¿Lo mataste a golpes?

—No, porque sabía que sí lo hacía... —miró a un lado chasqueando la lengua— Tal vez Jeongin me mataba a mí después.

Minho no evitó reír y servirse un poco más de coñac.

—Hermano, ¿Qué te está pasando?

—Cállate y escúchame. Todavía no he terminado.

Asintió mirándole completamente atento.

—El porqué de Jeongin mudándose conmigo es debido a que una tubería de su edificio se ha roto justamente en su zona y la necesitan despejada para arreglarlo.

Una venganza casi perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora