—¡Michel! ¡Encárgate de Max!
—¡Ya voy!
Se dirigían con grata antelación al aeropuerto de Ámsterdam para viajar al antepenúltimo de los Grandes Premios de la temporada, el Gran Premio de Europa en el Nürburgring. Este sería en una semana relajada pues irían en condición de visitante.
Ahora vivían en Montfort, el pueblo natal del mayor. Por alguna razón el hombre había decidido que Hasselt ya no era un lugar cómodo para estar, algo completamente justificado dado a un altercado que sucedió en aquel lugar y que él, por su parte, quería olvidar.
Más todo aquello no evitó que a escondidas de su esposo decidiese comprar la propiedad como una casa de verano y posiblemente a modo de herencia para sus hijos.
El cambio de ciudad no estuvo lleno de problemas como presuntamente pensó, al contrario, fluyó de manera agradable. El lugar era un tanto espacioso para que Max hiciera de las suyas en un patio de considerable tamaño junto con una pileta en la parte trasera. Aún así, seguía pensando que la casa fue un gasto sumamente innecesario debido a que solo eran tres personas (próximamente cuatro) viviendo allí, por lo que no entendió bien el tren de pensamiento de Jos al alquilar una casa de dos pisos con siete baños y cinco habitaciones, ¿de qué se trataba?
La primera semana lo supo.
La hermosa presencia de su suegra y cuñada fueron como una cachetada infligida indirectamente por Jos. Él sabía que ambas mujeres no eran del agrado de Sergio y viceversa, más pareció darle igual e invitarlas cuando quisiesen a ver a su nieto y sobrino, respectivamente. No tenía problema con eso, o al menos eso siempre quiso aparentar. Aceptaba que fueran para ver a Max y que este jugara con sus primos, en eso estaba de acuerdo. Pero odiaba la hipocresía de ambas mujeres, cambiando su actuar cuando Jos no se encontraba cerca.
Con su parto a la vuelta de la esquina, no había día en el que ambas mujeres no vinieran a traerle cosas (eso si lo agradecía) mas no quería recibir insultos disfrazados de sugerencias para cuidar a su hijo y a su próximo bebé. Era agotador tener que sonreír forzadamente y aguantarse las ganas de saltarles encima, Max amaba a las mujeres y eso lo mantenía reacio a querer hacer algo en contra de ellas. Parte de que era ilegal.
—¡¿Sergio?!
Salido de su trance tomó la mano de un Max de casi dos años, haciéndolo sonreír al instante, dejando notar sus encías con pequeños dientes y más al fondo, como los molares de iban avecinando; apretó su mano y juntos bajaron las escaleras. El pequeño ya sabía caminar y eso le emocionaba. Lo había encontrado hace unos meses queriendo sostenerse de una silla y cuando lo logró, se separó de ella para comenzar a caminar hacia él, lento e intentando equilibrarse, llegando a sus brazos con una felicidad infinita y una risa chillona.
Pero el hecho también trajo problemas. Su pareja al enterarse comenzó a llevarse a Max más seguido a ver competencias infantiles locales y en general a sacarlo más de casa, ¿le molestaba? Sí ¿podía hacer algo al respecto? No.
—¿Dónde carajos dejé mis zapatillas? ¿las has visto?—Jos arregló un poco su actitud con respecto a Max, al menos frente a la gente. Él mayor se volvía el hombre mas dulce cuando se lo llevaba por los paddocks de diferentes Grandes Premios o le enseñaba las monoplazas como si la mente de Max siquiera pudiese entender lo que estaba pasando.
Sin embargo, todo eso no lo hacía por trabajo. No por el momento. Después de irse de Stewart por la puerta de atrás, Honda se convirtió en su camino para continuar en el Gran Circo. Todo iba bien, las pruebas de las monoplazas podían hacerle frente a equipos de media tabla alta como Williams y Benetton por lo que jamás se esperaron que la compañía japonesa se echara atrás al último minuto, convirtiéndose en proveedor de motores en lugar de un equipo de Fórmula 1. Y de esa manera, Jos se volvió a quedar sin asiento.

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Ik Houd Van Je, Mama
FanficDesde que era pequeño lo sabía, su madre estaba hecho para él y su obsesión por protegerlo y amarlo revela una conexión perturbadora que desafía los límites de lo que se considera normal. Desde que tiene memoria juega a ser el hijo perfecto para to...