2009 (2)

560 88 24
                                        

Se encontraban esperando a los alemanes en el aeropuerto de Bruselas. Eran cerca de las tres de la mañana donde el poco tumulto de gente se dispersaba, haciéndole pasar más desapercibido de la gente.

En su regazo tenía la cabeza de su hija la cual estaba acostada sobre dos de los asientos de la sala de espera. Acariciaba su cabello rubio para relajar a Jane y a él por igual. Ella le había preguntado si irían con su "tía" y "primos" y asintió a medias pues era verdad, los verían, más no como hubiera querido.

Por los parlantes del edificio se escuchó el aviso de un nuevo aterrizaje y por las pantallas pudo ver que el vuelo que acababa de llegar venía de Zúrich.

Se quedó sentado y envió un mensaje a su amiga para avisarle exactamente donde estarían.

La vio llegar bien cubierta, con una bufanda uh gorra mientras tenía a sus hijos delante de ella con tres valijas moviéndose.

—Mi amor, Jane. Despierta, ya han llegado tus primos.

—¡Vicky!—Gritó Gina para acercárseles corriendo con una sonrisa. Su hija pareció despabilarse al instante y saltó del asiento para con la hija mayor de los Schumacher.

Corinna y Mick llegaron después con todas las cosas y Michel se encargó de ayudar a su amiga con las cosas.

—Muchas gracias Chequito, me encontraba cansada de cargarlo.

—Debería agradecerte a ti.

Corinna notó los ojos hinchados del más joven y se acercó a él, poniendo sus manos sobre sus mejillas, soplándolas.

—No me gusta verte así, no te ves guapo.—Bromeó, sacándole una carcajada, algo que necesitaba.—Te ves mil veces mejor sonriendo. El vuelo sale en una hora, espero no te moleste la rapidez.

—Para nada, creo...—Volteó a ver a Jane casi ahorcando a Mick por un abrazo.—creo que entre más rápido mejor.

Decidieron irse a la aduana donde la sección de primera clase les esperaba y agradeció nuevamente la poca gente que estaba ocupada en sus asuntos.

Lograron abordar aún mucho problema, Corinna logró tomar un asiento para ella y sus hijos y el última para él y su pequeña.

El avión era bastante espacioso por lo que los asientos (que en realidad serían más una especie de cama) eran de buen tamaño. Pusieron sus pertenencias  arriba y se sentaron cómodamente donde charlaron un poco (un intento de la alemana por relajar a su amigo) que terminó con ambos charlando de los tiempos de Sergio en Fórmula 1.

—Fue algo pequeño, solo estuve tres temporadas y no logré demasiadas cosas, eso siempre se quedará.

—¿Te hubiera gustado estar más tiempo?

Sergio la miró con nostalgia en sus ojos y asintió:—Mi lado egoísta te diría que sí pero en realidad no me arrepiento. Aunque me hubiera gustado que las cosas fuesen distintas de muchas maneras.

—Se que no debería preguntarte ya que fue hace mucho y la situación en la que estas podría afectar más...—La rubia se mordió sus labios en duda y miró a sus niños ver una película a su lado..—olvídalo, no quiero alterarte.

—Corinna, adelante. Sabes que jamás podría enojarme contigo, di lo que tengas que decir.—Le dedicó una sonrisa suave, sus colmillos mostrándose un poco.—Has hecho tanto por mi que cualquier cosa que tengas o quieras decirme intentaré lo mejor por responderla.

—Solo sé un poco por Michael, en esos momentos en que le da por rememorar el pasado pero quisiera saber lo que tuviste con Senna. Recuerdo que, cuando seguía comprometida con Michael, escuché mucho que cuando pasó...pasó lo de Imola, desapareciste por semanas y luego se supo que habías estado en Brasil todo ese tiempo. Y también se supo que habías estado con la familia-

Ik Houd Van Je, MamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora