2001

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Con Max cercano a cumplir 4 años, Jos decidió celebrarlo al llevarlo desde su hogar hasta el Gran Premio de Estados Unidos, que sería exactamente el 30 de septiembre. De nuevo habían regresado a Bélgica, pero ahora vivían en Maaseik, un municipio aún más cercano a Montfort. Después de aquella noche con un Jos borracho sobre él no volvió a sentirse cómodo en la gran casa, añadiendo las visitas de su suegra y cuñada sin su consentimiento, las quejas de ellas por cómo criaba a sus hijos eran un dolor de cabeza. Se lo hizo saber a su esposo más fue ignorado muchas veces hasta que logró convencerlo.

—Mamá, ¿adónde vamos?—Iban sus dos hijos y él en su auto, en dirección al autódromo donde su esposo practicaba. Estaba molesto.

—A con tu padre.

—¿Por qué?

—Tengo que hablar unas cosas con él.

Los documentos aguardaban en su guantera, aguantándose las ganas de cuando llegase romperlos en la cara de su esposo. Los había encontrado escondidos entre otros documentos en el mesón de noche de su pareja mientras limpiaba, papeles que ni en sus más grandes pesadillas pensó ver.

Pero pensándolo claramente decidió calmarse, no quería que Emilian ni Victoria lo vieran así por lo que tomó otro camino.

—Ma, por aquí no es a con papá.

—Lo se cariño pero he pensado que sería mejor si vamos a almorzar, ¿qué te parece?—Su bebé asintió entusiasmado y eso le dio luz verde para olvidarse un rato del enojo.

Aquella noche, los casados tendrían una acalorada discusión acerca de ello. La primera de muchas.

—¿Por qué carajos no me dijiste que habías inscrito a Max a karting?

—Porque sabía que te ibas a poner así.—Intentó hacer el tema a un lado, como si no tuviese importancia.—Lo que quiero es que este listo, le gustan los autos y le enseñare a pilotar.—Intentó arreglar sus palabras al ver el enojo en el menor.—Quería esperarme a los seis años pero es mejor antes.

—Max es muy pequeño, no puedes-

—Oh créeme, si puedo y por eso lo estoy haciendo.—Se cruzó de brazos.—Tiene que aprender y cuando son pequeños es más sencillo que lo hagan.—Explicó.—Y también, cuando crezca Victoria, podríamos hacer lo mismo si quiere.

—¿Max sabe de esto?

—Lo sabrá cuando regresemos del Gran Premio.—Se acercó a él y cuando estuvo lo suficientemente cerca, posó su palma en su mejilla, acariciandola.—Tiene sangre de piloto, podremos trabajar en ello.

—Pero es muy pequeño, ni siquiera ha ido a al escuela.

—Porque decidimos que le enseñarían en casa, ¿recuerdas?—"Mentiroso," él no había decidido, si por él hubiera sido Max ya estaría en una escuela haciendo amigos.—Estará bien, confía en mí.—Le beso sonriente, su mano restregando la mejilla del más bajo.

De nuevo, se dejó hacer ante las palabras de su esposo, sabía que si intentaba argumentar más, no funcionaría.

Al día siguiente Jos y Max se despidieron de él y Victoria, pues serían los únicos en ir. Desde el premio de Nürburgring no había dado luz de su existencia al público, cosa que pareció afectar mucho a su gran amigo cuando fue cuestionado sobre el hecho.

Recuerda vívidamente ver la entrevista donde le preguntaban a Michael Schumacher sobre ello.

—*¿Cuáles fueron sus pensamientos al saber que en el Gran Premio pasado se haya visto a Sergio Verstappen pasar por el paddock?*

Ik Houd Van Je, MamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora