Guilt tripping

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 Revolvió entre sus bolsillos, pelusas, una púa, y algo así como dos dólares con cincuenta era todo lo que llevaba encima, contando con su celular casi muerto. La luna estaba brillosa y grande, a comparación de él que se sentía diminuto y maldito como si fuera poco. 

Calle abajo se veían los primeros buses que salían con destino a Newark, eso por lo menos lo acercaría a casa. Se maldijo a sí mismo cuando volvió a mirar atrás, la luna estaba todavía allí y el empedrado le hacía acordar a cuando era niño y jugaba con su pequeño perro, extraño recuerdo. Volvió su vista hacia lo que parecía una terminal, y vio los dos dólares con cincuenta que aún tenía en su mano, ni jodidamente drogados iban a llevarlo hasta el centro de la ciudad de Jersey por dos dólares, pero no perdía nada con intentar. De ninguna manera iba a volver allí junto con Mikey o Bob. Todo menos eso. Y su viejo amigo Jepha solo había pedido su número. Mierda.

Se acercó a una de las ventanillas y viendo que no había nadie ojeó hacia dentro, unos tickets de transporte estaban allí, al alcance de su mano, miró a sus costados demostrándole que no había nada de qué ocultarse, nunca pensó en robar pero estaba desesperadamente ansioso por volver a su departamento, y con delicadeza pasó su mano tatuada por un rectángulo pequeño en aquél vidrio que dejaba ver una silla vacía y un escritorio, pero antes de tomar los tickets amarillos que lo llevarían a casa una mano se posó en su nuca, apretando levemente, su corazón se disparó con violencia.

-¿Qué crees que haces? - la voz era algo ronca pero no dejaba de ser suave, Frank tragó en seco cuando retiró su mano con delicadeza de aquél lugar, sintió la presión detrás de su cuello y volteó, no era un hombre muy mayor, tenía algo de barba, ojos malditamente marrones y llevaba tatuajes al igual que él, abrió su boca pero aún los nervios lo comían vivo.

-Yo..

-¿Sabes que debería demandarte, no? - preguntó con una ceja alzada, tomando de su hombro izquierdo, Frank negó rápidamente y mostró el poco dinero que le quedaba, el tipo pareció verlo y entender lo que trataba de hacer.

-Solo quiero volver a casa, - sus ojos se cristalizaron solo un poco, todas las imágenes de lo que había ocurrido hasta hace media hora lo atacaban con fuerza, antes de que el hombre dijese algo, Frank habló - no es ni siquiera la mitad del viaje pero...

-¿Hasta donde? - preguntó soltándolo, algo en aquél chico le había caído bien. 

-El centro de Jersey. - dijo con una media sonrisa, esperanzado para de una buena vez poder volver, - por favor, prometo devolvértelo y...

-Hoy es tu noche de suerte, - el hombre castaño con barba sonrió enormemente, Frank lo siguió con una débil sonrisa cuando una ventisca lo hizo temblar, - mi coche va para allá, y yo vivo allí. 

-¿Puedes llevarme? - Frank preguntó en medio de una sonrisa y hombre asintió e hizo un movimiento con la cabeza para que lo siguiera. Ambos comenzaron a caminar por el estacionamiento que dejaba ver algunas personas caminando, todos en su mayoría conductores uniformados. - Me llamo Frank. - dijo en un susurro, llamándole la atención a aquél hombre que lo miraba de arriba abajo. 

Frank se sintió patético por ocultarse en la oscuridad, cuando salió de aquella oscuridad encontrándose con Gerard en la puerta de su departamento, se sintió más patético todavía, por que esa noche esa suya y del pelinegro, de ninguna manera ahora tendría que estar deseando como nunca volver a su 'refugio'.

-Soy Matt. - se presentó cuando abría las puertas de su propio bus completamente desolado, ambos subieron y Frank se sentó en uno de los primeros asientos, quería sentirse acompañado por lo menos antes de llegar a casa. - ¿No pensaste en que necesitabas más dinero para volver hasta allá? - preguntó el hombre mientras se sentaba frente al volante cuando acomodaba algunas cosas antes de arrancar el trasporte. Frank pensó en que quizás vio su cara perdida en la nada, porque de momento a otro un pedazo de chocolate le era ofrecido por aquella mano que se movió frente a sus ojos, - ¿Quieres?

El odio hace al amor |Frerard| TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora