El odio hace al amor |Frerard| Terminado

Where do we belong Jamia?

    Capitulo Dos: Jamia Nestor.        

                                     

Había pasado tres meses desde que había dejado el hogar de su madre, tres meses en dónde intentó buscar trabajo por más de diez lugares, y en ninguno lo aceptaron por la cantidad de tatuajes que llevaba en su cuerpo sin contar la pobre experiencia de vida laboral.

Había discutido con más de cinco empresas disqueras por querer comprar sus composiciones.

"Yo hago música, no la vendo" repetía la frase como condenado, al recibir insultos y grandes cantidades de dinero.

Un día bastante peculiar en la vida de un estudiante Universitario; Domingo.

Caminaba por las transitadas calles del Centro de Jersey. "Jersey Shore" leyó en un cartel gigante dejándose llevar por la distracción, chocó contra algo y pronto bajó la vista.

Una hermosa chica de cabellos negros y ojos marrones claros lo atrapó. Ella brillaba por sí misma, era hermosa.

-¡Perdóname! - gritó alzando los brazos, y la chica que estaba apoyada sobre sus manos rió enternecida sonrió

"Es muy lindo" pensó ella, al ver al bajito frente suyo. Tenía tatuajes en sus dos brazos, un piercing en su boca y otro en su nariz, ella lo miró con ojos brillantes y se fijó en su pelo, largo, castaño y hasta los hombros.

Frank extendió una mano, ella la tomó, y Frank pudo deducir que sus manos era completamente suaves, al pararse ella sonrió y bajó su vista a sus manos todavía unidas.

-Uh.. - dijo él soltándola de repente, ¿desde cuando se quedaba paralizado con las mujeres, maldita sea?. -Perdón de nuevo, estaba distraído y...

-No es nada. - dijo ella con simpleza, estrechando sus manos de nuevo - Mi nombre es Jamia Nestor.

-Un gusto, soy Frank. - se separaron rápido y al ver uno de sus brazos raspados dijo - lo lamento, en serio.

Ella miró su brazo izquierdo y negó sonriendo. - No es nada Frankie, en serio.

"Frankie" el apodo caló en su pecho, hace tanto no lo llamaban así, él asintió, y antes de que el nudo en su gargante lo ahorcara, susurró un "nos vemos" dejando a Jamia dudativa, que sin opción siguió caminando bajo los rayos del sol.

Días después un Frank totalmente borracho, caminaba por las costas de New Jersey.

Hoy faltaría a la Universidad, después se las arreglaría.

En su mano izquierda llevaba un cigarrillo y el la otra una botella de cerveza a medias, caminaba con lentitud, viendo el agua rozar sus pies desnudos y por entre sus dedos pasaba la arena, haciéndolo sonreír por las cosquillas, era de mañana y había un frío de los mil demonios, pero él llevaba una camisa de manga corta, y unos pantalones negros hasta por las rodillas, sumando que era