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↷✦; w e l c o m e ❞ ＊┈┈┈┈＊┈┈┈┈＊┈┈┈┈
Trabajar en las oficinas del Real Madrid tenía sus beneficios: entradas gratis para partidos, conocer a uno que otro jugador, ganar buen dinero, tener un departamento bien acomodado, un auto del año y, de vez en cuando, hasta viajes.
Claro que, como en todas las cosas, había algo que no estaba tan bien, y eso era porque había alguien que hacía que todo se fuera al traste. Su nombre es Sae Itoshi, el prodigio de la nueva generación.
Hacía que tu corazón se acelerara, que toda tu mente se derrumbara. Estabas enamorada de él, y bueno, casi siempre tenías que verlo. No sabías exactamente qué había entre ustedes dos; era complicado. Desde pequeñas miradas de seducción hasta noches llenas de pasión en su departamento en medio de la noche. Y no te olvides de aquella vez en la que sin querer se le vio una marca en el cuello (tuya) en una entrevista, y los medios de comunicación se volvieron locos. Bueno, regresando a la problemática inicial: a pesar de todo lo que sucedía, solo era eso y nada más. No había más sentimientos, no amor, solo lujuria. Él siempre fue tan misterioso, parecía un personaje de esos libros de romance oscuro que solías leer cuando estabas desocupada, y realmente lo era.
Sae Itoshi era simplemente tan irreal.
(...)
Tu cuerpo estaba desnudo sobre su cómoda y costosa cama. Mirabas hacia una ventana delante de ti en una posición fetal. Hace unos minutos, sus voces, o más bien gemidos, resonaban por todo el departamento, pero ahora todo estaba en silencio. Él también estaba a tu lado, pero sin decir nada, mirando al techo. Honestamente, el único sonido que había era el de la ciudad de Madrid. Y tus pensamientos azotaron tu corazón de nuevo: "¿Solo sexo y nada más?"
"¿Te enamoraste nor sexo? Ja, tonta"
"¿Qué haces aquí?"
"¡Ve y busca tu dignidad!"
Tu inconsciente gritó desesperado.
-Ya me tengo que ir- te levantaste rápidamente y comenzaste a vestirte.
—¿Uh?— sus cejas se fruncieron. —¿Te irás tan rápido?— Normalmente solías quedarte hasta la mañana siguiente y siempre te despedías con un beso en la mejilla mientras le dejabas el desayuno listo.
—Emm, sí, es que tengo que ir a arreglar un papeleo de la oficina y lo entrego por la mañana— excusaste rápidamente mientras te colocabas el sostén.
—Puedes tomar mi computadora y hacerlo aquí —propuso.
—Eh... Yo...
"¿Quiere que no me vaya? Realmente quiero estar a su lado"
"¡No! Toma tu dignidad y vámonos" gritó esta vez tu orgullo.
—Me siento más cómoda en mi departamento. Nos vemos— terminaste de vestirte, tomaste tus cosas y saliste rápidamente de su departamento.
Al llegar a tu auto y subirte, lo único que pasó por tu mente fue su forma de tratar de evitar que te fueras.
"¿De verdad quería que estuviera con él?" tu mente ahora daba vueltas.
—No, ya no hay vuelta atrás— encendiste el coche y te dirigiste directo a tu departamento.
La carretera totalmente sola te hacía pensar aún más. Pensabas en esos malditos ojos que te robaban muchos suspiros como una adolescente enamorada, en sus brazos que te sostenían fuertemente cuando te besaba, sus manos explorando todo tu cuerpo, cuando sus miradas chocaban durante los partidos, cuando iba a preguntar por algo a tu oficina y "sin querer" rozaba sus manos por tus piernas, cuando te abrazaba mientras dormían después de tener sexo.
Pero no podías evitar imaginar cómo sería una relación con él, cómo sería sostener su mano frente a todo el mundo, salir a caminar solo los dos, cocinar juntos, jugar fútbol juntos, tiempo de calidad...
(...)
Pasó una semana y habías tratado de evitar verlo. Apenas veías que se acercaba a ti, salías corriendo como un ratoncito asustado. Sabías que con una palabra suya, podías caer de nuevo en sus brazos y rendirte ante él. No querías sentirte un objeto sexual.
(...)
Otro día de trabajo había concluido. Ese día fue más extenso que otros, ya era casi medianoche. Caminabas tranquilamente hacia tu auto hasta que escuchaste una voz detrás de ti, esa maldita voz.
—No me gusta que me ignores— dijo detrás de ti el pelirrojo mientras estaba recargado sobre su motocicleta. De verdad, se veía como un modelo.
—Sae... Ya es tarde, me tengo que ir. Hablamos después— trataste de huir de nuevo.
—Deja de hacer eso, no me gusta que huyas de mí. No soy un monstruo—
—No lo hago... solo creo que debemos dejar de tener sexo y frecuentarnos— hablaste tratando de reunir la fuerza para no tirarte encima de él. Se veía tan jodidamente sexy y guapo.
—¿Qué estás diciendo? Yo no quiero eso. ¿O es que tienes a alguien más?— su tono era el mismo que cuando estaban en la cama.
—Escucha, Sae, tú solo me buscas por placer y nada más, y yo no soy tu juguete, no soy un secreto— hablaste sinceramente desde tu corazón.
—¿Quieres que sea sincero? Lo seré— su mirada penetrante estaba sobre ti con una pizca de brillo —Me enamoré de ti. Si tengo intimidad contigo es porque en serio me gustas—
Bueno, no fue la mejor confesión del mundo, pero te hizo feliz saber lo que de verdad sentía por ti.
Ahora no eras una empleada que trabaja con el club del Real Madrid; ahora eras la esposa del mejor jugador del Real Madrid, Sae Itoshi. ¿Quién diría que los encuentros de medianoche podían acabar así? Ironicamente.
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Ya por fin el libro de Sae acaba de salir, yupiii 🤗‼️
Por cierto, pasen por la cartelera si quieren la playlist de este litro (esta es mi perfil)
Bueno bueno, el de Nagi probablemente salga igual pronto pero antes daré el anuncio de otros libros 🦀
