𝗠𝗮𝗱𝗿𝗶𝗱 𝗡𝗶𝗴𝗵𝘁𝘀ㅤㅤㅤㅤ𝑇𝐸𝑁𝑆𝐼𝑂́𝑁 +18

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El estadio estaba abarrotado. El rugido de la multitud resonaba como un océano en medio de una tormenta, pero Sae Itoshi permanecía imperturbable. Frío, serio y reservado, era un genio en el campo de fútbol. Su mente calculaba cada movimiento con precisión quirúrgica mientras sus ojos evaluaban cada oportunidad con una calma implacable.

En medio de la batalla futbolística, una figura en la tribuna capturó su atención. Era (N), la hermana de Leonardo Luna, su compañero de equipo. Desde el primer momento que la había visto, algo en ella había roto su fachada de hielo. Aunque nunca dejaba que sus emociones se filtraran en su juego, sus ojos a menudo buscaban los de ella, como ahora.

(N) estaba allí, apoyando a su hermano, pero sus ojos se desviaban a menudo hacia Sae. Sus miradas se encontraban en un intercambio silencioso que decía más de lo que las palabras podían expresar. Había una travesura en sus ojos, una chispa que le daba una calidez inesperada en medio de la competencia feroz.

El balón llegó a los pies de Sae. Con un giro rápido, dejó atrás a dos defensas y lanzó un pase perfecto a Leonardo, quien remató con un gol impresionante. La multitud estalló en vítores, pero Sae no celebró. En cambio, miró hacia (N), buscando su reacción. Ella le sonrió, una sonrisa traviesa que él respondió con una mirada apenas perceptible.

El partido continuó, y aunque Sae mantenía su enfoque en el juego, su mente volvía una y otra vez a esas miradas y sonrisas. Había algo en (N) que lo hacía sentir vivo, un fuego que ardía bajo su exterior frío y estoico.

Después del partido, mientras los jugadores se retiraban, Sae se detuvo brevemente cerca de la tribuna donde estaba (N). No dijo nada, no necesitaba hacerlo. Sus miradas lo decían todo. Ella le sonrió de nuevo, y esta vez, él permitió que una pequeña sonrisa apareciera en sus labios.

Cuando la mayoría de los espectadores se había dispersado, Sae encontró la oportunidad de acercarse a (N). La encontró en un pasillo cercano, esperando a su hermano.

—Buen partido —dijo (N), rompiendo el silencio.

—Gracias —respondió Sae, su voz tan calmada como siempre—. ¿Te gustó el gol de Leonardo?

—Fue increíble. Pero también me gustó tu pase.

Sae asintió, dando un paso más cerca. Sus ojos se encontraron, y el aire entre ellos pareció vibrar con una tensión eléctrica.

—(N) —murmuró Sae, su voz apenas un susurro.

—Sae —respondió ella, dando un paso hacia él.

Sus labios estaban a solo un suspiro de distancia, la anticipación llenando el aire. Sus bocas rozaron en un toque suave, un preludio de lo que ambos deseaban.

Pero justo en ese momento, la voz de Leonardo resonó por el pasillo.

—¡(N)! ¿Dónde estás?

(N) se separó rápidamente, su rostro se tornó rojo. Disimulando, se giró hacia su hermano con una sonrisa inocente.

𝗠𝗔𝗗𝗥𝗜𝗗 𝗡𝗜𝗚𝗛𝗧𝗦-𝙎𝘼𝙀 𝙄𝙏𝙊𝙎𝙃𝙄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora