𝗠𝗮𝗱𝗿𝗶𝗱 𝗡𝗶𝗴𝗵𝘁𝘀ㅤㅤㅤ 𝑉𝐼𝐶𝐼𝑂𝑈𝑆 II

276 28 9
                                    

El balcón de su apartamento en Madrid había sido testigo de incontables conversaciones cargadas de silencios incómodos y miradas esquivas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El balcón de su apartamento en Madrid había sido testigo de incontables conversaciones cargadas de silencios incómodos y miradas esquivas. (N) y Sae estaban ahí nuevamente, como muchas veces antes, observando cómo el sol comenzaba a ocultarse. El cielo naranja de la ciudad no parecía tener el mismo brillo de cuando llegaron, o quizá era que ellos mismos habían perdido la capacidad de encontrarle luz a las cosas.

—¿Por qué nunca conocimos a más gente? —preguntó de repente (N), rompiendo el silencio, mientras jugaba con el vaso de agua que sostenía. Esa pregunta la había atormentado durante los últimos días, especialmente después de ver el dibujo del hijo de Rin y Barbara, donde todos, excepto ellos, tenían rostros felices.

Sae giró su cabeza lentamente, pensativo. Él también lo había notado. Desde que dejaron París y se mudaron a Madrid, sus vidas se habían encapsulado en una rutina monótona, y ni siquiera hicieron el esfuerzo de abrirse a nuevas relaciones. Mientras que Rin y Barbara seguían construyendo la suya rodeados de nuevas experiencias, nuevas personas.

—No lo sé —respondió Sae con un tono frío y distante, aunque en el fondo sabía que era una pregunta que él también se hacía—. Tal vez nunca lo intentamos. Tal vez nos encerramos en este ciclo y no vimos más allá.

(N) asintió, sintiendo el peso de sus propias palabras. La distancia con Rin y Barbara ya era dolorosa de por sí, pero lo era aún más al darse cuenta de que ni siquiera habían hecho el esfuerzo de conectar con otros. Habían dejado que los años pasaran, atrapados en una burbuja que cada día se sentía más sofocante.

—¿Crees que todo esto habría sido diferente si hubiéramos conocido a más personas? —preguntó (N), buscando una respuesta que quizás no cambiaría nada, pero que al menos le daría algo de consuelo.

Sae se encogió de hombros, la apatía en su rostro era evidente.

—Tal vez. O tal vez habríamos terminado igual. No sé si hubiera cambiado mucho, ¿y tú?

(N) no respondió de inmediato. Se quedó en silencio por unos minutos, observando el horizonte, recordando aquellos días en los que Rin y Barbara eran parte de su vida diaria, en los que reían juntos y se apoyaban mutuamente. Y ahí estaba otra pregunta que no podía sacarse de la cabeza.

La conversación se desvaneció nuevamente en el silencio, pero esta vez, había algo distinto en el aire. Sae seguía mirando hacia la ciudad, pero su expresión había cambiado. Sus manos jugaban con su anillo de matrimonio, girándolo lentamente, y finalmente, cuando habló, su voz sonó como un golpe seco.

—Quiero el divorcio.

Las palabras cayeron como una losa sobre (N). Aunque sabía que las cosas no iban bien desde hacía mucho tiempo, el impacto de escucharlo en voz alta era devastador. Era como si todo el esfuerzo que habían hecho en terapia, todos los intentos de reconstruir lo que alguna vez fue su relación, no hubieran servido de nada.

𝗠𝗔𝗗𝗥𝗜𝗗 𝗡𝗜𝗚𝗛𝗧𝗦-𝙎𝘼𝙀 𝙄𝙏𝙊𝙎𝙃𝙄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora