¡Dobby dame eso!

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Season 2: Chapter 2

II

Euphemia se encontraba sentada en su habitación, con la mirada perdida en el vacío mientras reflexionaba sobre la ausencia de cartas de sus amigos. A pesar de que habían pasado varios días desde su cumpleaños, no había recibido ni una sola palabra de Blaise, Theodore, Gabriella o Pansy. La sensación de soledad la envolvía, haciéndola preguntarse si acaso habían olvidado su cumpleaños o si simplemente habían decidido alejarse de ella.

Sus pensamientos se desviaron hacia el guante que Lucius le había regalado, recordando las palabras del señor Malfoy sobre su habilidad para percibir la verdad. Se preguntaba si él ya sabía algo sobre su secreto, si había descubierto la verdad detrás de sus palabras y acciones. A pesar de sus esfuerzos por ocultar su verdadero yo, sabía que Lucius era astuto y perspicaz, capaz de leer entre líneas y descubrir lo que otros no podían ver.

Una sensación de ansiedad la invadió mientras consideraba las posibles implicaciones de que Lucius conociera su secreto ¿Cómo reaccionaría él ante esa revelación? Euphemia se sentía vulnerable y expuesta, preguntándose si había cometido un error al confiar en el señor Malfoy y aceptar su amabilidad y generosidad.

Se dio pequeños golpes en las mejillas, intentando evitar ese tema por un momento.

Se sentó en su cama, viendo a Yamil en su almohada, parecía dormido.

Hasta que Dobby apareció repentinamente en su habitación, asustándola.

—¿Dobby? —pregunto, viéndolo.

—¡Señorita Euphemia! —grito, acercándose—. Dobby ha venido a decirle, señor..., no es fácil, señorita... Dobby se pregunta por dónde empezar...

—Dobby, tranquilo, siéntate.

—¡No señorita! ¡No está bien! ¡Dobby estuvo mal al aceptarlo ese día! —dijo el elfo.

—Dobby no hay nada de malo.

—¡La señorita debe comprender que no soy su igual!

—Pero Dobby —susurro—. No tengo porque tratarte mal por ser un elfo.

Dobby la miro.

—Dobby es malo, señorita, ¡Dobby es malo! —grito, acercándose a la ventana y golpeándose contra ella.

Euphemia tiro de Dobby, para alejarlo de la ventana, cayendo de espaldas.

—¡Para, Dobby!

—Dobby tenía que castigarse, señorita Euphemia —explicó el elfo, que se había quedado un poco bizco—. Dobby ha estado a punto de hablar mal de su familia, señorita.

—¿Los Malfoy? —pregunto.

—Dobby tendría que castigarse muy severamente por haber venido a decirle esto, señorita.

—Pero... puedes decirles que te liberen, Dobby.

—¡No es así de fácil, señorita! La familia nunca pondrá en libertad a Dobby... Dobby servirá a la familia hasta el día que muera, señorita.

—Dobby... ¿Por qué viniste? —pregunto, acariciando la oreja de Dobby, una costumbre que agarro con el tiempo que estuvo ahí.

—Dobby ha oído recientemente —dijo con voz quebrada— que Euphemia Potter y el señor Potter tuvieron un segundo encuentro con el Señor Tenebroso, hace sólo unas semanas..., y que escaparon nuevamente.

Euphemia asintió y Dobby parecía querer llorar.

—¡Ay, señorita! —exclamó, frotándose la cara con una punta del sucio almohadón que llevaba puesto—. ¡Euphemia es determinada y audaz! ¡Ha afrontado ya muchos peligros! Pero Dobby ha venido a protegerlos a los dos, a advertirles, aunque más tarde tenga que pillarse las orejas en la puerta del horno, de que la señorita Euphemia no debe regresar a Hogwarts.

Un amanecer contigo (Hermione Granger)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora