Pequeña pelirroja

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Season 2: Chapter 4

IV

Al girar la cabeza, vio a Draco escondiéndose tras la ventana, como si estuviera observando la habitación en la que alguna vez había vivido con él. Quiso despedirse, deseaba decirle que lo quería como si fuera de su familia, porque para ella, él lo era.

—¡Tonta! —le gritó su hermano, pellizcándola con fuerza.

Euphemia frunció el ceño y dejó de ver a Draco debido a la distancia, enfocándose en su hermano, que la miraba enrojecido y con una expresión de furia. Ya no estaba feliz ni emocionado; ahora parecía completamente enfurecido.

Palideció al recordar las innumerables razones por las cuales podría estar enojado.

Número uno: Lo dejó solo con sus tíos.

—¡Cómo se te ocurre! —golpe—. ¡Dejarme —golpe—, solo!

Rió nerviosa, pero no podía quejarse del regaño; sabía que se lo merecía, y más. Delante suyo pudo escuchar las risas sofocadas de los pelirrojos, y Ronny trataba de ignorar los gritos de Harry. Al final de todo, era un problema solo de los dos.

—¡Incluso te fuiste con Malfoy! ¡Malfoy! ¡Entre todas las personas! —gritó Harry, apuntándole con su dedo índice—. ¡Eso es traición!

—No es traición, Draco es mi amigo —murmuró, bajando la mirada. No quería contradecirle, pero quería a Draco.

—¡Es traición a tu hermano! ¡A mí! —insistió Harry, su voz cargada de reproche.

—Dramático —susurró Euphemia, apenas audible. Sabía que su hermano no entendía la relación que tenía con Draco, y en ese momento, se sintió atrapada entre la lealtad a su familia y sus propios sentimientos.

Recibió un golpe en la cabeza que la hizo chillar de dolor. Inmediatamente llevó su mano al lugar del impacto.

—¡Me dejarás un chichón! —exclamó, con una mezcla de dolor e indignación.

—¡Merecido! —gritó Harry, su voz llena de enojo—. Y esta conversación aún no ha terminado. ¿Sabes lo que tuve que pasar con los Dursley? ¡Me culparon de tu ausencia!

—¿Qué? —preguntó ella, incrédula.

Harry bufó, girando la cabeza hacia la ventana mientras se cruzaba de brazos, tratando de contener su frustración.

—Yo... mira, entiendo que seas amiga de Malfoy y que ustedes dos se lleven bien —dijo con un tono más calmado, pero todavía tenso—. Pero eres mi hermana, ¿creíste que no iba a estar preocupado todo este tiempo por ti? Eres lo único importante que tengo y tú sabes que no confío en Malfoy. Me importa poco cómo reaccionaron los Dursley, pero me sentí terrible al pensar que no te estaba protegiendo como un hermano mayor debería.

Euphemia lo miró con sorpresa. Las risas de los pelirrojos que estaban delante de ellos se detuvieron de repente, y Ronny se giró lentamente, observando la escena con interés y preocupación.

—A veces siento que no soy un buen hermano, Euphemia. No quiero controlarte, solo quiero que no estés en peligro —murmuró Harry, sin atreverse a mirarla a los ojos.

Lo único que ella sintió en ese momento fue culpa, una profunda y dolorosa culpa que la hizo bajar la mirada.

Intentó buscar las palabras correctas para explicarse, para justificar sus acciones, pero todo lo que salía eran susurros torpes y vacilantes.

—Harry, yo... no quise causarte tanto dolor. Draco ha sido un buen amigo para mí, y me sentí tan sola sin él. Pensé que podíamos entendernos mejor, que tal vez podrías aceptar nuestra amistad.

Un amanecer contigo (Hermione Granger)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora