𝔼𝕩𝕥𝕣𝕒: 𝔹𝕒𝕓𝕪

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Un bebé.

Cuanto ansiaba Yang Jeongin tener un bebé.

Lo llevaba deseando desde hacía tanto tiempo, y desde que se casó con Changbin supo que ambos compartían aquel sueño.

Pero lo intentaron tantas, tantas, tantas veces antes sin resultado alguno. La cosa empeoró cuando Jeongin decidió realizarse unos estudios con los doctores que les rompieron el corazón a ambos:

Tenía Síndrome de Ovario Poliquístico.

Era un trastorno, según recuerda que dijo su ginecólogo, que afectaba a su capacidad para quedar embarazada, siendo posible que sea casi infértil.

Recuerda lo mucho que lloró el día que lo supo.

Era una lástima que Jeongin no se rindiera tan fácil, pero fue hasta su segundo aborto espontaneo que tuvo que simplemente se rindió en eso.

Lloró demasiado con Changbin, siendo éste quien la consolaba todo el tiempo. Él sabía lo mucho que Jeongin anhelaba un hijo, y le dolía mucho verla de esa manera. Decidió dejar de intentarlo, tenía que ser lo mejor para ambos. Y aunque trató de mantener a su esposa alejada de todo el tema de un bebé, sabía que siempre lloraba por las noches y escuchaba como se culpaba a sí misma por no poder darle hijos a su propio esposo.

Necesitó un terapeuta para poder llevar la situación ya que temía que se pudiera salir de control.

Gracias a Dios, más o menos pudo llevarse mejor la situación con Jeongin. Y aunque ambos sabían que las probabilidades de tener un hijo eran más bajas que 0, no podían evitar emocionarse ante el pensamiento de que algún día tal vez, y sólo tal vez pudieran cumplir su sueño.

Ahora mismo, Jeongin estaba llorando.

No había parado de llorar desde la mañana. Lo cual extraña a todos, ya que ese día Changbin volvía de un viaje de un mes, y su esposa siempre se emocionaba mucho cuando llegaba ese día.

En cambio, ese día no salió de la habitación en todo el día, solamente se veían entrar y salir mucamas del cuarto. Incluso cuando llegó Minho, ésta no salió a recibirlo.

—Jeonginnie, ¿en serio no me quieres dejar pasar?, o al menos dime qué pasa, cariño —Preguntaba Changbin desde el otro lado de la enorme puerta del cuarto. Ya llevaba mucho tiempo insistiendo que le dejara pasar.

¡N-no! Binnie, e-es que, no pue-do d-decirlo... N-no quiero q-que nos d- decepcione-mos de nuevo...

—¿De qué hablas, princesa? ¿Por qué iba a estar decepcionado?

Todo quedó en silencio, el mayor no recibió respuesta alguna.

Justo en esos momentos de infernal silencio, la puerta fue abierta, dejando ver a Jeongin, quien la abría, cargar un rostro mojado por tantas lágrimas. Antes de que el otro pudiera hablar, la menor lo interrumpió.

—B-bin... E-estoy em-... e-estoy... —No podía decirlo bien. Miles de pensamientos llegaban a su mente, todos negativos. No estaba ansiosa o nerviosa de la reacción de su esposo, es cómo había dicho, teme decepcionarlos a ambos otra vez.

Hubo otras 2 veces que salió el mismo resultado, en ambas terminó con un aborto espontaneo poco tiempo después de saberlo. ¿Y si pasaba de nuevo? No se perdonaría volver a emocionar a su marido por nada.

—¿Qué tienes, amor? ¿Estás bien? —Preguntó, desesperado porque de nuevo se había quedado en silencio.

—¡E-estoy em-embaraza-da, Changbin...! —Soltó para volver a llorar de nueva cuenta.

𝔻𝕒𝕕𝕕𝕪! - ℂ𝕙𝕒𝕟𝕘𝕚𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora