—V-vamos, Bin, déjeme ir pa-ra que pueda d-ducharse... —Trataba de apartarse de Changbin sintiendo como éste sólo afianzaba su agarre en la cintura y seguía besando su cuello desnudo.
—No, no, quedémonos así un poco más, ¿sí? —Dejó una tierna mordida en su hombro. —¿Te he dicho lo sexy que te ves por las mañanas? —Dio un beso en su mejilla.
—S-sí, todo el t-tiempo me dice que soy s-sexy, Bin... —Obvió en tono juguetón.
En eso sintió como Changbin se dejaba caer en la cama con ella encima lo que casi hace que sus lentes caigan. Rió al escuchar un quejido del otro. Volteó su cuerpo quedando de pechos pegados.
—Te ves aún más sexy en esta posición... Me recuerda a la primera vez que lo hicimos, ¿la recuerdas? —Dijo y bajó sus manos de su cintura a su trasero para apretarlo.
—A-aunque tenga p-pésima memoria aún lo ha-go, lo cual me s-sorprende porque no r-recuerdo ni siquiera l-lo que comi-mos ayer... pero s-sí recuerdo l-lo que pasamos ha-hace 4 años. —Rió.
Ambos se quedaron en un silencio cómodo, mirándose a los ojos con un intenso amor reflejado en ambos. Jeongin se acercó lentamente al rostro contrario para unir sus bocas en un tierno beso. Sin apuro y simplemente disfrutando el sabor de sus labios.
—Me sigues gustando, me sigue gustando cada parte de ti como la primera vez... —Decía mientras lentamente soltaba a Jeongin para que ésta por fin se pudiera parar, y así lo hizo.
—Usted s-siempre tan cursi, C-changbin —Lo vio sentarse de nuevo en la cama y antes de contestarle le dio una nalgada aprovechando que ésta estaba de espaldas. —¡Oiga! —Se quejó ante el golpe. Changbin rió antes de pararse de la cama por fin.
—Bueno, m-me voy a bañar... lo e-espero en l-la ducha. —Le guiñó un ojo y el otro asintió. Tomó una toalla y se dirigió al baño de la habitación.
Luego de unos instantes Changbin fue hasta el baño. Donde después de varios minutos lo único que se escuchaba además de la regadera eran gemidos y jadeos.
Después de casi una hora ambos salieron del baño con unas grandes sonrisas. Se vistieron tranquilamente y la primera en salir de la habitación fue Jeongin, dirigiéndose a la cocina para hacer el desayuno, considerando que no tenían servidumbre en esa casa.
Changbin, aprovechando que su novia se había ido fue hasta el cajón que se encontraba en la mesita de noche y sacó una cajita pequeña, procurando que Jeongin no volviera a entrar al cuarto y la guardó en sus pantalones vaqueros.
Hoy finalmente iba a ser el día.
Fue hasta la cocina donde encontró a su linda novia tarareando una canción mientras cocinaba algo que olía delicioso.
Comieron tranquilos, con algunos besos y coqueteos de por medio. Luego salieron a caminar un poco a la playa que se encontraba al lado de la casa.
Habían viajado desde Corea hasta Hawái a una playa privada que Changbin tenía allá, era en realidad un viaje para negociar con un prometedor hombre sobre alguna mercancía, pero Seo no esta vez no quiso viajar solo, es por eso que aquí estaban los dos juntos.
La casa donde se quedaban era en realidad una casa de seguridad a la que casi nunca iba, era por eso que no tenía tanta servidumbre. Lo bueno que tenía la casa era la hermosa playa, y la vista que se tenía de ella desde la casa.
Después de una caminata, ambos decidieron meterse a nadar un poco. Y ese poco duró todo el día.
Una hermosa tarde entre risas y muchos besos de parte de ambos de lo más bonita.
—Yang Jeongin, en verdad que eres hermosa... —Detuvieron la caminata cuando Changbin habló. La mencionada correspondió con una sonrisa y un beso en la mejilla.
—Usted t-también es m-muy guapo, C-changbin oppa. —Respondió.
Changbin se quedó mirando los hermosos ojos verdes a través de sus lentes que reflejaban la maravillosa luz del atardecer. Recordó entonces la cajita; ¿y si este era realmente el momento perfecto...?
—Jeongin, tú sabes lo mucho que te amo, que te lo digo todo el tiempo que hasta te hartas... —Ambos rieron. —Pero es que es así. Eres hermosa, linda, inteligente, cariñosa, sexy, y muchas, muchas cosas más que nunca terminaría de decirte.
—Ay, Changbin o-oppa, hoy e-está m-más cariñoso de lo n-normal. —Bromeó sonriendo y algo sonrosada.
—¿Qué?, ¿No puedo ser cariñoso con mi novia? —Tomó sus cachetes rojitos y le plantó un beso en su boca en forma de piquito. —Hablando de eso, Jeongin... Creo que, tengo por fin que decirlo... Yo, no quiero que sigamos siendo novios.
El semblante de la menor rápidamente cambió. Changbin se dio una bofetada mental, no lo había dicho con las mejores palabras.
—¿Q-qué dice...? —Vio en sus ojos que estaba a punto de llorar. Para que la situación no se saliera más de control, sacó rápidamente la cajita de sus pantalones y se arrodilló frente a ella, que lo miraba ya llorando, pero a la vez extrañada.
—No, Jeongin, no quiero que seas mi novia, porque quiero que seas mi esposa... —Y con eso abrió la caja, dejando ver un anillo hermoso, de diamantes incrustados. —Yang Jeongin, ¿tú te casarías conmigo?
La fémina se quedó en silencio por unos minutos, unos minutos que al otro se le hicieron eternos. Hasta que de la nada, la otra se le lanza encima, tomándolo del cuello, haciendo a ambos caer sobre la arena. Y antes de que pudiera decir nada, Jeongin lo besó.
Tardó varios segundos en corresponder, pero terminó haciéndolo. Enredó uno de sus brazos en la cintura que tanto amaba de la menor, mientras que con la otra mano tomó el anillo para después aventar la caja a algún lado de la playa.
Era un beso entre dulce y desesperado, donde sus lenguas, saliva, labios y hasta las saladas lágrimas de Jeongin entraron. Rodaron en la arena sin despegarse, simplemente disfrutándose más el uno al otro. Hasta que por la falta de aire tuvieron que separarse.
—S-seo Changbin, usted s-sabe que t-tiene mi sí, ¡t-tonto! —Ambos rieron para volver a unir sus bocas en un beso igual, o más desesperado que antes.
Cuando por fin se separaron, Jeongin puso su mano derecha frente al rostro del mayor, esperando que le pusiera el hermoso anillo. Se lo puso por fin y tomó su mano para dejarle un beso en el mismo dedo donde iba su anillo.
Esa noche, volvieron a unir sus cuerpos de manera carnal, sobre la arena y luego en la misma casa de nuevo.
Ambos jurándose amor ante el otro.
Bonito todo, pero no sé ustedes, yo le hubiera dado tremenda cachetada después de tremendo susto.
Por gestos como este tengo expectativas y estándares altos.
Solo faltan los extraass~Créditos de la historia a Stephen_Kats
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𝔻𝕒𝕕𝕕𝕪! - ℂ𝕙𝕒𝕟𝕘𝕚𝕟
FanfictionDonde para saldar una deuda con un mafioso importante, los señores Yang deciden entregar a su hija de 16 años, Jeongin, a el gran y sanguinario señor Seo Changbin. • Adaptación. • La historia pertenece a @Stephen_Kats. • Historia corta. • Changbin...