𝔼𝕩𝕥𝕣𝕒: 𝕄𝕒𝕣𝕣𝕚𝕒𝕘𝕖

294 18 11
                                    

¿Cómo había sido la boda entre Yang Jeongin y Seo Changbin?

Pues para ambos aún siguen teniendo el recuerdo vivido de un hermoso momento.

Jeongin se encontraba aún en el tocador de la habitación. Sabía que era momento de ir al altar donde Changbin estaba esperándola pacientemente para unirse como siempre habían querido, pero aún estaba nerviosa, más que nerviosa de hecho.

—No, n-no puedo ha-hacerlo... E-en cuanto me vea se a-arrepenti-rá, lo s-sé. —Estaba a punto de darle un ataque de nervios. Caminaba de un lado a otro.

—¡Oh, vamos, Jeongin! —Exclamó Sana, quien había sido invitada por Jeongin a la boda. Todo iba bien, pero a Jeongin comenzó a entrarle un nerviosismo potente de la nada, justo unos minutos antes de tenga que caminar por el altar. — ¿Por qué tan nerviosa? ¡Vamos! ¿Sabes lo mucho que el señor Changbin te ama? Tú debes saberlo mejor que yo. Pero sé lo suficiente como para decirte que obviamente no se va a arrepentir de nada.

Jeongin suspiró. Se vio una vez más al espejo frente a ella. Se veía hermosa portando su vestido de novia.

No era muy pomposo, de hecho, era algo atrevido. Con un escote y con la parte de la cintura pegada a su cuerpo. Suelto de la parte de abajo. También tenía un par de guantes largos que terminaban el conjunto, y unos tacones simples como toque final del vestuario. Estaba maquillada un poco simple, pero aun así se veía hermosa.

—Vamos... Tranquila. Te ves muy linda, demasiado. Y sabes que el señor Changbin lo va a amar, y si yo e incluso tú te ves a ti misma bonita, Seo te verá hermosa. —Le sonrió y la tomó de la mano. —Ahora vámonos, ¿quieres? ¡Vas a llegar tarde a tu propia boda!

Ambas rieron y entonces Jeongin convencida comenzó a correr junto a su amiga por fin hasta el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia.

El lugar sería al aire libre a petición de Jeongin, aunque obviamente en un lugar bastante discreto. Y sin muchos invitados, pues no querían llamar la atención con una boda tan grande. Sólo iba un par de familiares de Changbin y un par de amigos del éste. Claramente Jeongin no tuvo invitados más que Sana y su novia. Pues literalmente no tenía contacto con todos sus amigos que tuvo antes, a quienes ya olvidaba poco a poco. Habían pasado un par de años, y la mejor memoria del mundo no la tenía Jeongin.

A Jeongin le hubiera gustado que su padre estuviera ahí. Obviamente sabía lo que le había hecho Changbin a sus padres, pues se lo contó al segundo año de estar saliendo. La noticia la había destruido, sí. Se tuvo que alejar de Seo por un tiempo para poder digerirlo todo, pero no había sido fácil.

Después de un tiempo volvió con Changbin, agradeció que éste le haya dado su espacio. Y aunque no lo perdonó del todo, —pues obviamente quién le perdonaría a alguien algo así— Tuvo que vivir con eso. Aunque realmente se fue olvidando un poco del asunto. Hasta que llegaron a preparar todo del matrimonio que volvió a extrañar con más fuerza a sus padres, pero especialmente a su papá.

Pero ese no era el punto. El punto es, que ahora Jeongin se encontraba por fin llegando al camino hasta al altar. Justo cuando todos la vieron llegar se pararon y Changbin, quien estaba parado esperándola con un rostro tenso y el ceño fruncido, rápidamente se tranquilizó al ver a Jeongin llegar y suspiró al verla, totalmente enamorado.

—¿Vamos, Jeongin? — Sana le ofreció su brazo. Ella era quien la iba a dejar en el altar. La mencionada le sonrió y asintió, tomando luego su brazo. Las campanas volvieron a sonar mientras ambas se dirigían hasta el altar. La menor iba con una sonrisa que nunca nadie le iba a poder quitar, viendo a Changbin tan guapo con una hermosa sonrisa en sus belfos.

𝔻𝕒𝕕𝕕𝕪! - ℂ𝕙𝕒𝕟𝕘𝕚𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora