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Capítulo 22

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Capítulo 22

Bruce le había dicho que el se encargaría de todo, pero ahí estaba ella en su oficina, tratando de no pensar en eso. 

 Suspiro comiendo una galleta de avena que tenía en una de las gavetas de su escritorio.

Hasta que levanto la vista y vio a Bruce ir a la oficina de su jefe¿Que rayos hacía ahí?

Se debatía si ir a ver qué mierdas iba a hacer o si quedarse a seguir comiendo su galleta de avena, volvió a suspirar, mejor seguiría comiendo galletas, el había dicho que lo solucionaría así que dejaría que el se encargará de todo. 

Estaba comiendo otra galleta con nerviosismo y eso se notaba en su pierna derecha que tenía una especie de tic. 

 Sentía que se le iban a secar los ojos por ver a la oficina de su jefe esperando a que el hombre que amaba saliera. 

Después de… no sabía cuánto tiempo después salió su jefe tras Bruce con una sonrisa extraordinariamente fingida y la de Bruce era… no sabía cómo interpretarla. 

El camino a pasos seguros a si oficina.

—¿Qué mierdas  estabas haciendo ahí dentro? —dijo ella en voz baja.

La expresión sería de él fue sustituida por una amplia sonrisa 

—vine a ver lo sexy que te vez —Ignoró el

evidente enfado de ella, rodeó la mesa y le dio un beso en la cabeza.

—Brice, lo digo en serio —dijo ella cuando él apoyó la cadera en la mesa y le sonrió, cruzando los brazos sobre el pecho.

—¿Te he dicho ya que te preocupas demasiado?

—No me dijiste que ibas a hablar con él — dijo señalando en dirección a la oficina de su jefe. — eso es un abuso. 

—¿Por qué?

—¡Pues porque sí! —gritó ella—¿No vez que ahora parezco débil? Es coml si me hubiera arrastrado para pedirte ayuda.

—jamas haría eso— dijo desvanecido la sonrisa — solo quiero ayudarte. 

—Entonces, ¿por qué lo has hecho?—Estaba frustrada—. Deberías

haberlo hablado conmigo.

—claudia, por favor, ya cálmate, estás haciendoo mismo 

—¿El qué? —gritó.

—Lo que haces cuando te preocupas demasiado y siempre tienes miedo.

Me tienes a mí, joder. Somos un equipo. Aprende a contar conmigo.

—esta bien, está bien— dijo tratando de calmarse.

Él le agarró la mano.

—Bueno, la cuestión es que… Mi empresa necesita que ese anuncio se ruede

en un plazo de tres semanas.

—Estás de broma.

—No.

Ella suspiró.

—No sé si  estar feliz o molesta. Jamás he tenido ayuda de nadie y ahora tú estás aqui ayudándome de una forma poco profesional…

—Me la suda  lo profesional. Te quiero Claudia y haré cualquier cosa que esté en mis manos para que todo sean exactamente como las quieres. Y no pienses que me voy a disculpar por cuidarse ti.

—de verdad que estás loco— le dijo acercándose a él y colocándose en medio de sus piernas y metiendo sus brazos dentro del traje para abrazarlo por la cintura.

—Lo sé. —Él también se agarró a ella—. Pero tienes que sentarte para lo

que te voy a contar.

—Ay no, no, no ¿Qué has hecho ahora? 

Él se rio.

—Solo siéntate. — Cuando lo hizo, él se aclaró la garganta—. Bueno, pues quiero que sepas que creo en ti y que no te estoy obligando a nada, Pero quiero hacerte una petición, se que tienes un pasado realmente y no me importa realmente pero creo que eso te ha afectado mucho y deberías soltarlo. Y no tienes porque tener porque estaré contigo en todo momento.

—¿Puedes decirlo de una vez? —soltó, y él sonrió. Por alguna razón no le gustaba nada lo que él le iba a decir.

—Solo por mi bien, piensa en ello. Y dale una oportunidad, y yo estaré aquí todo el tiempo ayudándote, apoyándote, besándote y animándote a seguir.

—¡Bruce! Di lo que tengas que decir de una buena vez— Dios, estaba al borde de los nervios y el nada más le daba vueltas a lo que tenía que decirle 

Él respiró hondo.

—He sacado el tema con tu jefe y él cree que es una idea estupenda. Pero como este anuncio fue idea tuya y personalmente creo que necesito tu permiso para este cambio en el anuncio…

—¿Qué cambio? ¿Cómo que un cambio?

Él le sostuvo la mirada.

—¿Y si cambiamos la modelo y usamos una mujer embarazada en el anuncio?

—Con mujer embarazada, ¿quieres decir…?

—Tú, nena. Sin duda alguna, tú.

Ella se levantó de la silla de un salto

—¿Te has vuelto loco? ¿Eso ya se lo has propuesto a mi jefe?

—Claudia…

—Sabes lo que siento al respecto, Bruce. No quiero hacerlo. No quiero ser la protagonista ni el centro de atención de nadie. 

Él la sujetó por los hombros.

—Tú eres la protagonista de mi vida. Tú eres el centro de atención. Ahora eres mi motivación para todo. 

Ella emitió un sonido breve y emocionado y apartó la mirada, negando con la cabezs.

—No. No puedo, Bruce es... Es demasiado. —Lo miró suplicante—. Por

favor, no me hagas hacer esto. 

—Escucha, nadie te está presionando, ¿vale? Es solo que… te encantaba

ser modelo y en vez de eso terminaste haciendo otras cosas.  Pero ahora no estás sola. Incluso si vas de cabeza a la batalla, estaré justo a tu lado, moviendo mi

espada ante cualquiera que se atreva a interponerse en tu camino.

Claudia se rio al imaginarse la escena.

—Deja de tener miedo. Deja de pensar en el pasado. Ahora nos tenemos mutuamente. Muero porque hagas tus sueños realidad. Ya te veo como todo una modelo. 

A ella se le llenaron los ojos de lágrimas al verlo tan lleno de confianza que le dió sentimiento. 

—¿Crees que funcionará conmigo?

—Si lo piensas, sería mejor.

Claudia sonrió.

—Solo tú podías ser tan audaz… mejorando mi idea perfecta.

El se rio.

—Me alegra ser de ayuda. —Cuando ella no dijo nada y apretó la cara contra su pecho, él suspiró—. Yo creo en ti, nena.

Y no tengo dudas de que lo harás  excelente

Estoy embarazada del Ceo #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora