Capitulo 19
Él suspiró.
-Como a eso de las cuatro.
Ya, a las cuatro- pensó ella ¿No se supone que llegaría rápido?
Pero igual ¿Quien era ella para decirle que hacer y que no? ¿Cierto?
El era un hombre adulto echo y derecho, no tenían porqué estar dándole explicaciones.
-Siento mucho haber llegado tarde -dijo él frunciendo el ceño mientras Claudia se obligaba a no romper a llorar, se estaba explicando por Dios-. Eso estaba hasta la mierda de gente y me equipo de relaciones públicas me tenía por los huevos para que me quedara en el evento.
Claudia asintió desviando la mirada.
Una parte de ella se había tranquilizado por el hecho de que le diera tanta importancia a ella y se explicara. Podía estar gorda, fea y derrumbándose emocionalmente, pero al menos él se preocupaba.
-y ¿Por qué has dormido en la habitación de invitados?
-llegue tan cansado y tan tarde que no te quería despertar con mis ronquidos de camionero.
-Sabes muy bien que no me importa que ronques. ¿Estás seguro de que esa es la única razón?
Él la miró con cautela.
-pues si, solo quería que descansaras, se que no puedes dormir bien y si roncaba no te dejaría hacerlo.
Ella se rio brevemente y echó un vistazo al periódico. Esta vez no miró a la Barbie sonriente junto a Bruce, sino a la cara de Bruce.
Elnparecia el mismo Pero la gente cambiaba y, muy adentro de ella, algo le decía que Bruce estaba abrumado por la responsabilidad de tenerla a ella y a los bebés.
Esa noche Claudia reunió la energía para ir a comprar cuando él le pidió que tomara el aire. Todavía tenía náuseas, pero podía pasar periodos más largos sin vomitar. Así que se puso un vestido gris que quedaba recogido justo por encima de su barriga y pasó un rato agradable con el hombre que ya no quería hacerle el amor. Era lo único en lo que podía pensar y, después de dos horas, estaba exhausta.
Cuando volvieron a casa, Claudia fue directamente al sofá y se dejó caer sobre él mientras el chófer entraba con unas veinte bolsas, en su mayoría llenas de una gran variedad de productos para bebés que los vendedores les ofrecían haciéndoles creer que no podrían sobrevivir sin ellos y bueno Bruce las compraba como si no valieron nada.
Ella cerró los ojos cuando Bruce se sentó en el sofá alejado de ella.
A ella se le retorció el corazón de dolor. Era el mismo, pero muy diferente. No le culpaba.
Parecía el monstruo del lago ness y, aunque ahora estaba increíblemente unida a los bebés que se movían como si no hubiera un mañana, le molestaba el hecho de que Bruce fuera tan superficial para no quererla más por ese motivo.
Pero bueno, ella ya lo sabía, ella se había preparado para eso, si no estaba dispuesto a tratar con una novia panzona menos podría tratar con dos bebes
Y se alegraba tremendamente que aún tuviera su departamento y no lo haya vendido.
Tardo varios días dándose apoyo asimismo, recordándose la mujer fuerte e independiente que era antes de conocerlo.
Él no era el único que había cambiado.
Ella también lo había hecho. Era animada, segura y ambiciosa y ahora estaba cansada.
Sabía que el embarazo la estaba cansando físicamente Pero eso era temporal sus bebés no estarían en su panza para siempre.
No había necesitado de un hombre para convertirse en la mujer independiente y capaz que era, así que tampoco necesitaría de un hombre para criar a sus bebés.
Pero era imposible no sentir una punzada de tristeza y decepción al saber que Bruce ya no quería hacer el amor con ella.
Así que Se propuso mantener la distancia porque no estaba preparada para el rechazo.
Al día siguiente, Bruce estaba a su lado, agarrándole la mano, descubrieron que sus bebés eran niñas, bris se emociono tanto que Ella se rio y él le repartió besos por la cara una y otra vez hasta que ella sintio ganas de llorar
Cuando él le preguntó qué le pasaba ella no se atrevió a decírselo. Porque ni ella misma sabia.
Pero lo que si sabía era que tenía hambre.
-¿Podemos parar para comprar pollo?
Bruce la miró como si tuviera dos cabezas.
Y no era para menos a ella no le entraba ni un mínimo bocado de pollo desde esa vez en el restaurante¿Y ahora quería pollo? El de verdad estaba pasmado.
-¿Quieres pollo?
-Aja- dijo ella imaginándote un gran cubo de pollo frito.
-A ver si entendí ¿Estás segura de que quieres pollo?
- Pues Sí. Tengo mucha hambre y quiero mucho pollo frito . ¿Me vas a comprar mi pollo o no?
Bruce le compro su cubo de pollo y la veía comer como si no hubiera un mañana.
-¿Ya no tienes náuseas?- le pregunto aún pasmado.
-No. O tal vez tienen pollo de mejor calidad.
-¿Pollo de mejor calidad? ¿Mejor que los orgánicos y saludables que fríes en casa con aceite de oliva?
Ella solo le subió los hombros como que no sabía nada. Poco tiempo después llegaron a casa, estaba cansada y quería dormir un rato Pero primero se tomaria el tiempo necesario para darse una buena ducha relajante.
Pudo apreciar su cuerpo Sus pechos estaban más grandes y eso que ella nunca había Sido de senos pequeños. Su barriga estaba perfectamente redondeada. Hasta le parecía increíble que tuviera a dos pequeñas criaturas en su interior.
Por primera vez desde que se había quedado embarazada se vio hermosa.
se dió cuenta que en su estado era más bonito su cuerpo que antes, esa transformación que había tenido era simplemente hermosa.
Estaba totalmente decidida en ir a trabajar al siguiente día . Todavía tenía unos días de reposo pero ya ella se sentía mucho mejor.
A demás quería trabajar antes de entrar en su reposo de maternidad.
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Estoy embarazada del Ceo #PGP2024
Romance¿Quien dice que el amor a primera vista no existe? Claudia lo sintió, era inevitable quedar flechada por ese hombre atractivo, Bruce Black, elegante, inteligente con un aura viril que volvería loca a cualquiera. Pero ella no le era indiferente a Br...