capitulo 💚17

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-Te ahorraré tal esfuerzo mental. Me gustan inteligentes,
trabajadores y dignos de confianza.

Mile se frotó pensativo la barbilla.

-Y ¿qué pasa con el sentido del humor? ¿No dicen siempre las mujeres oh hombres que es una de las cosas que más les atrae de un hombre?

-Para mí es más importante la lealtad que las risas.

-¿Cuándo fue la última vez que te reíste?

-No guardo un registro detallado de ese tipo de cosa
- repuso con sarcasmo.

Vio que Mile se fijaba en su boca.

-Los expertos en salud dicen que hay que reírse todos los
días -le dijo en un susurro sin dejar de mirarla a los ojos-. Es como el sexo. Libera unas hormonas que hace que nos sintamos bien.
No sabía cómo lo había hecho sin que el se diera cuenta,
pero estaba lo suficientemente cerca de ella como para que pudiera sentir el calor que irradiaba de su cuerpo.
El corazón le dio un vuelco cuando él comenzó a trazar la curva de su mandíbula con un dedo.

-¿Qué... qué estás haciendo?

-Estoy tratando de entretenerte para que olvides dónde
estás -contestó Mile-. Está claro que odias estar aquí abajo.

-¿Qué te hace pensar que no me gusta estar aquí?
Trazó su labio inferior con el mismo dedo.

-Estás muy tenso principito.

-A lo mejor porque no me gusta la compañía.

-Si no te gustara estar conmigo, habrías dado un paso atrás hace diez segundos.

Nattawin retrocedió tan rápidamente que tropezó con una de Las baldosas del desigual suelo. Se habría caído si él no hubiera actuado rápidamente agarrando su muñeca. Se quedó sin aliento al sentir el calor de su mano.
-Suéltame ahora mismo -le dijo con la voz entrecortada.
Sus dedos dejaron un rastro de fuego en su piel mientras la soltaba poco a poco.

-Que no se te olvide nuestra cita de mañana -le susurró
Mile.
Frunció el ceño mientras se frotaba la muñeca.

-¿Qué cita?

-Tenemos que comprar la lencería para la noche de bodas
de tu hermana y conozco el lugar perfecto en Montecarlo. Una amiga mía tiene una exclusiva boutique de ropa interior. Se preguntó si sería de verdad una amiga o una antigua amante. Sabía que Mile tenía amigas de ese tipo por todo el mundo. No dejaba de sorprenderla la forma tan desvergonzada e inmoral en la que se conducía por la vida, utilizaba a la gente cuando le convenía y, después, se deshacía de esas personas.

-¿Por qué quieres ir a Montecarlo? Tenemos tiendas
estupendas aquí. Otra opción es hacer las compras por Internet.

-Tengo algunos negocios que atender allí.

-¿Qué clase de negocios?

-Cosas de hombres -le dijo con un guiño-. Es top secret.
Lo fulminó con la mirada.

-¿Una conquista?

-Supongo que lo podrías llamar así -le confesó Mile.
Apretó las manos para formar puños, tratando de contener su enfado. No parecía darse cuenta de que su escandaloso comportamiento iba a tener consecuencias y afectarle también a el. Se limitaba a divertirse y jugar, y cada vez le preocupaba más lo que su presencia allí iba a provocar en su reputación.

-Se supone que deberías estar ayudándome con la boda.
¿Qué van a decir tu padre y el director general si se enteran de que estás de fiesta en el continente en vez de colaborar con las preparaciones de la boda?

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