Capitulo ⭐ 9

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Aunque apenas sabía nada de plantas y flores, Mile tenía que reconocer que los jardines del palacio eran espectaculares.
En pleno mes de junio y con el clima del Mediterráneo, el jardín estaba en pleno apogeo.
Había rosales floridos por todas partes, tanto en arbustos como colgando de arcos y rejas formando bellos y fragantes racimos de flores.
Mirara donde mirara, todo era color. Además de las rosas, también había claveles, crisantemos y algunas especies de plantas bulbosas, como los bellos tulipanes y azucenas.

El Príncipe Nattawin se movía entre los macizos del jardín con soltura, deteniéndose de vez en cuando para recoger una flor con un par de tijeras de podar que le había pedido prestadas a uno de los jardineros. Iba poniendo cada flor con cuidado en la cesta que tenía colgada del brazo. No podía dejar de observarlo, imaginándose cómo podría capturar esa visión en un lienzo.

La luz del sol del atardecer le daba un tono dorado a su

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La luz del sol del atardecer le daba un tono dorado a su

pálida piel. Los ojos de Nattawin eran de un colo miel.
Se habían escapado algunos mechones de su cabello.

Con la abundancia de flores en un primer plano y el antiguo castillo al fondo, Natt parecía el protagonista de un cuento de hadas. Sacó su teléfono y seleccionó la opción de cámara. No tardó
más de un segundo en hacerle rápidamente una foto.

Pero Nattawin se volvió hacia él en cuanto oyó el
característico chasquido de la cámara.

–¿Me has hecho una foto? –le preguntó.

–Sí. Ha quedado perfecta, la luz es increíble.
Nattawin dejó la cesta de flores en el suelo y fue hacia él
con la mano extendida.

–Dame el teléfono.

Pero mile lo subió para mantenerlo lejos de su alcance.

–¿Qué pasa? Solo es una foto.

Nattawin lo miraba como si quisiera asesinarlo.

–No tienes derecho a fotografiarme sin permiso –repuso el mientras alargaba más la mano e incluso daba pequeños saltos para tratar de agarrarlo–.
--- ¡Dámelo, maldita sea!!!

--- ¡Dámelo, maldita sea!!!

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