Capitulo 💚13

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-¡No pienso ir a ninguna parte con él!
Madeleine terminó el cruasán antes de preguntar.

-¿Por qué no?

-¿Cómo puedes preguntarme algo así? ¡Lo odio! ¡Es un disoluto y un Donjuán!
-¿Y qué? ¿Te asusta acaso que intente algo contigo? -le preguntó Madeleine-. Ya te gustaría a ti... No pudo evitar sentirse algo ofendido y la miró con la cabeza bien alta.

-Pues, para que lo sepas, ya lo ha intentado.
Madeleine abrió mucho los ojos.

-¡Cuéntame!

-Me dio un beso.

-¿Y?

-Y me hizo una proposición deshonesta.

Madeleine tomó otro cruasán de la bandeja, parecía perpleja.

-¿Qué hiciste?

Nattawin se encogió de hombros antes de contestar.

-Acordé reunirme con él en su hotel esa tarde y, después, le di plantón.
Su hermana se echó hacia atrás en su silla y sonrió.

-Bueno, bueno, bueno...

-No empieces a darle vueltas al tema. Es el último hombre en la tierra con el que tendría una aventura. Es totalmente inmoral y un mujeriego. No pasa tiempo suficiente con ninguna
de sus conquistas como para recordar sus nombres, deberías haber visto a la chica que le servía bebidas en la playa, no dejaba de adularlo y contonearse frente a él como si fuera una especie de Dios del sexo.
Me entraron ganas de vomitar.

Madeleine se rio al escucharlo.

-No hay nada de malo en tener una aventura con alguien si te gusta esa persona, Natt. Ya es hora de que vuelvas a salir un poco y te abras a la posibilidad de estar conte alguien. Y, si te decides, Mile Romsaithong sería el hombre perfecto para ello.

Seguro que es un amante increíble y puede hacerte cosas que harían que se te erizara el
vello de la nuca.
Natt fulminó con la mirada a su hermana. No podía creer que le estuviera hablando de esa manera.

-Es un impertinente. Sigo sin entender por qué aceptaste que viniera al principado para entrometerse en la organización de la boda. Temo que eche todo a perder.
Madeleine le dedicó una sonrisa burlona.

-Creo que te gusta.

Natt se levantó enfadado de la mesa.

-¡Lo odio! ¡Lo detesto! Y te prometo que, si estuviera aquí ahora mismo, se lo diría a la cara.

-Podrás hacerlo esta misma noche, querido -repuso Madeleine limpiándose los dedos en una servilleta de lino-.

Durante la cena.

-¿Qué cena? -le preguntó con el corazón a mil por hora-.
--No me digas que le has invitado a cenar con nosotros. Creo que eso es llevar las cosas demasiado lejos, Madeleine.

-No, no va a cenar con nosotros. Solo contigo. A solas.

-¿Qué?

-Así podéis hablar de la despedida de soltera. Lo he organizado todo para que cenéis a solas en el Salón Verde.

Nattawin abrió consternado la boca. No le salían las palabras.

-¿Por qué has hecho eso? -le preguntó cuando por fin pudo hablar-. ¿Es que te has vuelto completamente loca?

-¡Venga, Nattawin! Mile es divertido y encantador.

-También es un ligón y demonio arrogante.

-Lo sé -le dijo Madeleine sonriendo de nuevo-. ¿No te encanta esa parte de él?.

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