Capitulo 💚15

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-No podrías verme aunque decidiera disfrazarme de ese
guiso. Recuerda que es una fiesta solo para chicas.

-¡Eh! ¡No seas aguafiestas! -protestó con una sexy sonrisa Mile-. ¿No podría tener una audiencia privada contigo antes de que empiece la fiesta? ..

Fue un alivio oír en ese momento el traqueteo de un carrito. Ya llegaba el camarero para servirles la cena y era justo la Interrupción que necesitaba en esos momentos. Aunque no tenía nada de apetito, al menos no ese tipo de apetito.
Tenía un hambre completamente distinta en su interior y un deseo que se concentraba en su parte más íntima.
Era mucho más complicado controlar esas sensaciones
después de que Mile lo hubiera besado.

Hasta ese momento, no había tenido que lidiar con la
miserable sensación de vacío y nostalgia que sentía en esos momentos.
Besarlo había sido como degustar un chocolate de calidad superior por primera vez. Nunca iba a poder olvidar la calidez, la suavidad, su seductor sabor. Se había dado cuenta de que podía convertirse fácilmente en algo muy adictivo y el no podía permitirse ese lujo. No podía caer de cabeza en la tentación después de cinco años de autocontrol y templanza.
Pero no sabía cómo enfrentarse a esa situación, le resultaba muy complicado mantener la cabeza fría cuando estaba con él.

Sentía que Mile jugaba con ventaja, que el tenía las de
perder.
Sabía que ese brillo travieso en los ojos de Mile Romsaithong había conquistado a decenas de mujeres y hombres, Iba a tener que luchar con cada átomo de su ser para no convertirse en otro más.
Él era un auténtico profesional, tenía demasiada práctica seduciendo. Incluso la forma en la que hablaba...
Era como una caricia, con esa voz tan profunda, su bien entrenado acento inglés, la forma en que lo que dejaba caer de vez en cuando palabras cariñosas como si no lo tuviera todo estudiado y esa manera de sonreír...
Conocía muy bien sus puntos fuertes y sabía cómo usarlos.

Se sentaron a la mesa para cenar y trató desesperadamente de no mostrarle hasta qué punto
le afectaba su presencia.
Durante toda su vida, había cenado con numerosos invitados en el palacio. Sabía cómo comportarse
a la mesa y evitar accidentes por muy nervioso que estuviera. También se le daba bien llenar incómodos silencios con una agradable y superficial
conversación. Pero había algo en ese hombre que lo cambiaba todo. Aunque estaba en su casa, sentía que estaba en un territorio desconocido. Sus rodillas casi se tocaban bajo la mesa y se echó atrás en la silla todo lo que pudo para no tener que tocarlo. Pero, aun así, era muy consciente de su cuerpo en todo momento y no podía olvidar lo cerca que estaba de esas fuertes piernas, de su
musculoso torso...

Tomó su copa de vino y bebió un trago. Nunca se permitía más de media copa de vino, pero esa noche lo necesitaba más Que nunca.

-Dime, ¿qué haces en tu tiempo libre, aparte de ir de fiesta en fiesta? -le preguntó Nattawin.

-No mucho.

Lo miró entonces a los ojos, pero Mile había apartado la mirada para tomar su propia copa y probar el vino.

-¿No te cansas de no hacer otra cosa con tu vida que gastar el dinero de tu familia?

-Bueno, también es mi dinero. Nací en una familia rica, eso no puedo cambiarlo. Solo tomo lo que me dan y trato de sacarle el máximo provecho.

Frunció el ceño al oírlo.

-Pero ¿no quieres hacer algo con tu vida? ¿Algo
importante? Mile le dedicó otra de sus sonrisas.

-¿Como qué?

-No sé. Puedes estudiar, centrarte en una carrera
profesional que te guste... Tienes una buena cabeza, podrías Hacer algo con ella, ¿no? -le sugirió Natt-. O, por ejemplo, podrías dedicarte a hacer algún tipo de trabajo voluntario, participar en alguna organización benéfica.
O incluso crear una tú mismo como ha hecho tu hermano.

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