Elastic heart.

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Jules miraba con una sonrisa a sus cachorros.

Sarah ya tenía 8 años, su hija había crecido un poco, era una niña que tenía en mente ser la mejor corredora de México, con Checo, Alonso y Räikkönen a cargo de su entrenamiento no dudaba que lo consiguiera.

Incluso si era una mujer y una futura Omega, sabía que llegaría lejos en donde sea que se lo propusiera.

Su sonrisa se borró tan pronto como recordó como su padre prohibió que sus cachorros corrieran, cualquier deporte que quisieran, menos karting, no quería que mancharan su legado si alguna vez se llegará a saber el parentesco.

Ahora que conocía a Charles sabía que fue una venganza por lo que Sarah le dijo esa vez.

Y dolió ver a sus hijos sufrir por perder el privilegio de hacer algo que amaban, Sergio intentó de todo para distraerlos de eso, Thomas fue el primero en interesarse en otro deporte, futbol americano de todas las cosas.

Aun seguía sin saber porque lo llamaban futbol si no pateaban el balón más que dos veces.

El entrenador puso a su hijo en seguida de ala defensiva, era rápido y se veía que crecería para ser grande, o eso dijo el hombre.

Y desde la primera vez que vio al hombre supo que lo iba a odiar, sus teorías resultaron ser ciertas, porque odiaba ver como derribaban a su hijo y como utilizaban toda su fuerza contra él también.

Podía ver a Sergio luchando también contra el sentimiento, pero lo soportaba porque parecía que su hijo amaba el deporte.

Durante algunas semanas fue así, Thomas entrenaba, iba a sus partidos los sábados y luego los tres recorrían el lugar en busca de algo que realmente le gustará a Sarah, desde danza hasta tenis.

Deportes que estaban más... a salvo, no podía imaginar el miedo que sentiría si Sarah estuviera en el lugar de Thomas.

Pero por supuesto ella tenía que investigar los demás deportes también.

Eligió un deporte en el que realmente no había niñas, solo había otras dos en su equipo, y aunque jugaban decente, eran más propensas a ser Alfa, por lo que realmente no les pasaba nada si los niños llegaban a empujarlas, ni siquiera había niños que fueran futuros Omega en el equipo.

No muchos llegaban a las categorías más altas, pero por supuesto que Sarah había declarado que lo haría.

Solo para demostrar que no importa que tanto intentarán derribar sus sueños, ella construiría nuevos y los cumpliría.

Era como Checo en ese aspecto, luchaban hasta el final, incluso si tenían todo para perder.

Pero eran así, luchando por lo que querían.

Thomas por otra parte era más el protector, o lo sería en el futuro, y estaba seguro de que haría el mejor trabajo del mundo.

El único problema es que necesitaban uno ahora, y no lo tenían.

Realmente ahora estaba empezando a desear que Verstappen hiciera algo, que se moviera.

Incluso si moría de celos, necesitaba que los ayudará a salir de donde estaban.

Necesitaba que los protegieran de su padre, el muy imbécil había empezado a golpear a Sarah, y aunque Sergio trataba de protegerla, no podía, no si le ordenaba directamente no hacerlo.

La situación había empeorado ya que la primera mitad del año no fueron a carreras, así que simplemente se quedaron en la casa que tenían en la Ciudad de México, donde su padre llegaba cuando quería y hacía de sus vidas un infierno.

Before I GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora