Die for you.

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Sergio estaba en problemas, de alguna manera su padre se había enterado de todo lo que había ocurrido entre Verstappen y Sergio, el mexicano ahora miraba con miedo al hombre frente a él, un hombre que Jules nunca reconocería como su padre, ya no más.

El Omega mexicano tenía problemas para respirar luego del golpe que le había dado en su pecho.

– Escucha Pérez, es la última vez que lo repito, no permitiré que te enlaces con Verstappen, ya está firmado Pérez, si llegas a hacerlo, estos dos cachorros inútiles se queden conmigo, ¿Entendiste?, tengo que aprobar tu enlace o los bastardos se quedan conmigo, y nunca aprobaré que estés con Verstappen.

Jules podía escuchar el llanto de sus cachorros, y seguro que casi podía tocar el miedo que salía de ellos.

Vio el momento exacto en el que el hombre tomo una decisión, sostuvo a Thomas por un brazo y lo levanto, y aunque Sarah trato de evitarlo, no pudo hacer nada, el Alfa solo tuvo que empujarla lejos.

La sonrisa cínica del mayor le dio escalofríos a Jules.

– El futuro Alfa de esta manada, si claro, bueno, te voy a decir que va a pasar, esta pequeña manada inútil me pertenece, así que en cuanto te presentes voy a morder tu cuello, y serás tan indigno como tu mami, ¿Oíste?.

Jules se alivio y decepcionó al mismo tiempo, por un lado estaba seguro de que no llegaría a eso, porque dudaba que tardarán mucho en enterarse de los cachorros.

Y por el otro, bueno, ahora sabía que tan bajo podía caer el hombre frente a él, nunca atacabas a un Alfa que acababa de presentarse, era como si un caballo bien formado luchará contra un potrillo que está aprendiendo a caminar.

Eso era simplemente indignante y de cobardes.

Pero entonces supuso, que Philippe si era más que capaz de hacerlo, si era capaz de golpear a Omegas bajo su cuidado, no tendría problemas con hacerlo con un Alfa recién presentado.

El Alfa bajo a Thomas y le dio un golpe en el pómulo, tirándolo al piso.

Sarah corrió con su hermano y lo puso detrás de ella, el hombre se rio entre dientes, simplemente miro a Sergio y luego salió de la habitación.

Sergio prácticamente corrió con sus cachorros y revisó a Thomas.

El cachorro tenía un ojo hinchado y la cara roja, un moretón enorme, y una abrasión abierta, era demasiada fuerza en un cachorro de seis años.

– Perdóname cachorro, perdón, perdón, perdón, perdón - Sergio estaba a punto de entrar en pánico, pero Thomas simplemente le dio un beso en la frente y abrazo a Sergio.

– Está bien mami, me duele, pero no se quedará mucho, será como otro golpe de un partido mami, vamos mami, vamos al nido, quiero mimos – Sergio soltó unas lágrimas y abrazo a sus dos cachorros, los dos parecían todavía llenos de miedo, pero trataban de sonreír por su madre.

Jules paso sus manos por su rostro, no sabía como hacer que estuvieran a salvo.

Sentía una impotencia enorme al ser solo testigo de todo lo que pasaban.

Escucharon una puerta abrirse de golpe, y ahí estaba Rosberg, que parecía asesino.

– Lo juro, solo por eso habría entrado a despellejar su cuello, pero sé que todavía no es el momento, aun así, es un maldito cobarde.

Before I GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora