Había llegado finalmente el día para que las personas faltantes de la manada llegarán a México, ninguno le había comentado nada a los que no lo sabían, entre las personas que venían se encontraban Stoddart, Halliwell, Russell, Albon, Tsunoda, Gasly, Newey, Ricciardo, los dos hijos de Vettel y Raikkonen, Robin y Emily, de 8 y 6 años respectivamente y los dos cachorros de Stoddart y Halliwell, Jack y Monty, de 10 y 7 años.
– ¿Y si no les caigo bien? – Thomas giro a mirar a Wolff, el hombre solo le sonrió.
– Ellos te van a amar, todo va a salir bien – Thomas hizo un ruido de duda, pero por lo demás solo se recostó en el hombro del hombre mayor.
Sarah por otro lado, estaba con Michael, por fin se le había concedido al hombre estar con su nieta, y vaya que lo estaban disfrutando, los dos no paraban de reír, para consternación de Verstappen mayor.
Jules no había querido escuchar después de darse cuenta de que estaban hablando de una pequeña travesura para todos los demás en la casa.
Las pláticas se vieron interrumpidas cuando la puerta se abrió, primero entró Pato y luego las personas que habían arribado a México, los dos niños pequeños corrieron a los brazos de sus padres, quienes los abrazaron, mientras tanto los adultos miraron a los demás y empezaron a saludar, al menos hasta que se dieron cuenta de los niños.
– Bien familia, les quiero presentar a Sarah Elizabeth Verstappen Wolff y Thomas James Schumacher Horner, nuestros cachorros – Verstappen abrazó por la espalda a Sergio, quien giro su rostro para sonreírle y dejar un beso en su mejilla.
– Sé que no eres el donador de espermas, pero tengo una pregunta muy importante, ¿Tengo que matarlo? – Jules sonrió con un poco de tristeza y diversión en dirección de Tsunoda.
Hubo algunos ruidos de acuerdo, claramente pensando lo peor del Alfa que engendró a los niños, no se sorprendió por esas reacciones.
Lo que sorprendió a Jules fue la suave sonrisa de Ricciardo.
– Son de Jules, ¿No es así?
Eso lo tomó por sorpresa, ¿Cómo lo sabía?
– Era tu destinado – Ricciardo le sonrió a Sergio, asintió una vez y luego siguió mirando a sus cachorros.
Jules parpadeo, y luego miro al hombre, ¿Había sido destinado de Ricciardo?, ¿Por su culpa se había convertido en Beta?, ¿Por qué no se había dado cuenta?
La respuesta a esa última pregunta vino inmediatamente, estaba demasiado enfocado en lo que pensó que quería.
Se formó un nudo en su garganta al pensar en todo lo que había perdido por su ceguera, después de todo Daniel siempre había estado ahí para él.
– ¿Eras el destinado de Jules?
Sarah parecía curiosa, pero también ansiosa, como si no supiera como reaccionar.
– Sí, cachorra, lo era... tienes el color de sus ojos, y él tiene su cabello, siempre despeinado – Daniel parecía a punto de llorar, sus cachorros parecían un poco molestos al saber eso.
Y Jules se sintió como un absoluto idiota.
Los recuerdos que tenía con Ricciardo lo mataban poco a poco, el hombre siempre estuvo cerca, siendo un pequeño confort, sabiendo cuando estaba mal, regalándole esas sonrisas, haciéndolo reír, ayudándolo a comprender, esperando por su atención, algo que nunca obtuvo, solo por su maldita terquedad.
– Lo lamento Honey Badger, siempre estuviste frente a mí, casi gritando para conseguir mi atención, y yo como siempre elegí mal, no te merecía, así como no merecía a Sergio... espero que encuentres a alguien que te ame tanto como Verstappen lo ama, y que te ayude a curar todo lo que yo dañé.
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Before I Go
FanfictionJules muere tras no poder despertar de aquel coma, las heridas fueron demasiado graves para que su cuerpo pudiera soportarlo. No estaba listo para morir, dejar todo lo que amaba atrás, dejar a sus seres queridos con una herida que curar. En sus últi...