Before I Go

Beautiful Boy.

Las sirenas de la ambulancia resonaban fuerte en su cabeza, quería concentrarse en Checo, en su estado, pero todo lo que podía recordar era como se sentía cuando iba camino al hospital luego del accidente.

Podía recordar vívidamente el dolor, el miedo, la desesperación, pero sobre todo el deseo de que todo fuera una pesadilla, que eso no estuviera pasando.

El sonido solo podía recordarle el peor día de su vida y como perdió todo por una maldita grúa de todas las cosas.

Recordaba vívidamente haber rogado mentalmente que todo se detuviera solo unos segundos para que dejará de doler, pero no lo hizo, el dolor seguía ahí hasta que murió, y entonces todo era paz.

El vehículo se detuvo de repente y todos se empezaron a mover, los paramédicos dieron la información a los médicos.

– Varón, Omega, 26 años, accidente de auto, impacto a 300 km/h contra un muro de contención, es piloto de Fórmula 1, tiene fractura en la muñeca, y una lesión en la pierna, su cabeza fue la que recibió mayor impacto, no ha respondido más que al llamado de su Alfa, pero realmente nada más allá de apretar su mano – y eso había sido un alivio, Verstappen había llorado por eso, y también los padres de Sergio.

– Eso es más que suficiente, llamen a neurología, necesitamos una tomografía, y hablen con ortopedia para ver lo de su mano, ¿Usted es su Alfa?.

– Si, yo soy, no lo he marcado, pero lo soy.

– Nos habría ayudado si hubieran estado enlazados, pero servirá.

– ¿A qué se refiere?.

– Le explicaré más tarde, puede acompañarnos si promete controlar su Alfa.

– Cualquier cosa que pueda salvar a Checo, no pondré en riesgo su vida.

– Necesitamos que siga hablando con su Omega, es obvio que el hombre es su destinado, su voz lo mantiene a su lobo en calma, así se va a recuperar más rápido, con un lazo habría sido mejor, pero esto servirá por el momento – Verstappen parpadeo.

– ¿Destinado?, ¿Cómo en ese cuento de la princesa y el príncipe?.

– Algo como eso señor Verstappen, solo síganos.

Así que Verstappen por fin sabría que el Omega mexicano era su destinado.

Era hora, aunque Jules también tuvo curiosidad a que se refería el doctor con que un lazo hubiera ayudado más, ¿Cómo podría haber ayudado a Sergio tener un lazo con Max para la recuperación de ese accidente?

En ese momento desapareció del lado de Checo y apareció junto a sus hijos, quienes lloraban desconsolados, por supuesto que Sergio ya estaba bien, pero no esperaba que los cachorros estuvieran tan mal para aparecer a su lado, pero supuso que eso pasaba cuando solo tenían el lazo con su madre y sentían como sufría.

Podía sentir el dolor de sus cachorros, el miedo a quedarse solos, la desesperación por escuchar a mamá.

La maestra de Thomas trataba de calmarlos, sin mucha suerte, los dos prácticamente aullaban del dolor.

Estaban sufriendo por el lazo con su madre, y solo podrían tranquilizarse si tuvieran un lazo con su padre.

No podía hacer nada, y Sergio tampoco podía intervenir, así que durante prácticamente seis horas los escucho gritar, llorar y lamentarse, sus lobos pedían ayuda y no había ningún miembro de la manada que lo pudiera salvar.

Fue agonía pura, vio incluso a los encargados de su cuidado salir a llorar y tranquilizarse, habían tomado turnos, y habían tratado de calmarlos, pero nada funcionaba, solo estarían bien hasta que algún miembro de su manada llegara.