Car's outside.

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Siete años, su hijo cumplía siete años, y parecía... absolutamente feliz en su cumpleaños, a diferencia de los años pasados.

Corriendo con sus amigos, riendo y luciendo una sonrisa enorme siempre, yendo con su padre a abrazarlo cada vez que sus miradas se conectaban, agradeciendo cada vez por la fiesta, así como lo hacía con sus abuelos.

Quienes por supuesto, habían comprado tantos regalos como fuera posible, demasiado emocionados por asistir a una celebración para sus nietos, trayendo tantos regalos como fue posible, para resignación de Sergio.

Thomas por otro lado estuvo encantado con cada uno de ellos, queriendo llevarlos a todas partes.

La fiesta era un éxito, sin embargo, su parte favorita fue ver a todos disfrazados ya sea de paleontólogos o usando gorras y playeras de dinosaurios, Wolff usando un semi disfraz de un cuello largo había sido delirante.

Un lado malo es que habían invitado a la mayoría de los amigos de sus hijos, incluyendo a Santiago.

Al menos no era el único que se sentía particularmente molesto por ese hecho, Wolff, Schumacher mayor y Verstappen miraban al niño siempre que podían, para diversión de sus esposos y de los padres del niño.

Comenzó a mirar al rededor cuando los niños empezaron a jugar en la excavación de los huesos, al menos ahora sabía que se quedarían quietos, y su mirada captó algo singular.

Marko hablando con Hamilton.

No veías eso todos los días, así que se acerco, ignorando a Pato que estaba muy empalagoso con su Alfa, besándose dulcemente y diciendo un montón de tonterías tiernas y adorables, el joven se quejaba de Sergio y era mucho peor con su pareja.

Se recargó contra la pared que tenía a un lado y escuchó la conversación entre los dos hombres.

– ¿Al menos has hablado con él? – Hamilton miro a otro lado, casi como si no quisiera reconocer el tema, pero el silencio se extendió tanto que al final soltó un suspiro y asintió con cansancio.

– Algo como eso, nosotros... hay demasiadas cosas que decir todavía, él no ve que estuvo mal que me escondiera algo de esa magnitud – el Alfa a su lado tarareo.

– No me sorprende, es un Alfa, su naturaleza es cuidarte, protegerte sin importar el costo, seguramente te cuesta entender eso, no creo que alguna vez un Omega entienda del todo esa necesidad casi... aplastante de mantener a salvo a quienes amamos, no estoy tratando de hacerte menos, es una realidad, los Alfa nunca podremos anteponer los sentimientos por sobre la seguridad, y los Omegas nunca podrán hacerlo al revés, pero dime algo, siendo honestos, ¿Si alguien te hubiera amenazado con la vida de tu Alfa le habrías contado sobre la amenaza o harías todo para mantenerlo a salvo? – el inglés se quedó callado, luciendo cada vez más resignado.

Justo en ese momento Rosberg se acercó, luciendo un poco cansado.

– Doctor Marko, ¿Tendrá algunos minutos?, necesito hablar de algo muy importante – el hombre asintió, pero en lugar de levantarse, solo se giro, para ver directamente al alemán, que parecía cada vez más resignado, sabiendo que el anciano no se iba a ir.

– Te escucho – Rosberg solo suspira antes de carraspear.

– Tengo que ir a investigar una pequeña... pista, parece cada vez más sólida, pero quería advertirle, estuve buscando sobre la desaparición de Sergio y Patricio cuando eran bebés, un proyecto en paralelo, una pequeña distracción, pero... encontré algunas pistas... alguien dentro de Red Bull fue quien desapareció a los dos – Marko había dejado de sonreír, y ahora parecía molesto.

Before I GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora